Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha calculado que la temperatura aumentará entre 2,8 y 4 grados centígrados (que varían en función de la emsión de gases) la magnitud del cambio de temperaturas y precipitaciones previsto para el periodo entre los años 2070 y 2100 en los Pirineos. Para ello, han analizado la fiabilidad de seis modelos regionales de predicción para reproducir las condiciones climáticas observadas en la zona entre 1960 y 1990.
El estudio también indica un descenso medio del 10,7%, en el primer escenario de menor emisión de gases, y un 14,8%, en el supuesto de mayores emisiones. El verano será el periodo en el que más se acusarán las consecuencias del cambio de clima.
Para uno de los autores de la investigación, Juan Ignacio López Moreno, "los modelos proyectan un incremento térmico y un descenso de la precipitación de una magnitud suficientemente acusada para afectar de forma directa a la disponibilidad de agua, actividades económicas y ecología de la región. Sin embargo, la magnitud exacta de dichos cambios dependerá, en gran medida, de los niveles de emisión de gases de efecto invernadero que se emitan a la atmósfera en las próximas décadas en el planeta".
Los efectos del cambio climático sobre la temperatura serán más pronunciados al sur de la cordillera pirenaica, en la vertiente española. El verano será el periodo que más acusará las consecuencias del cambio de clima, tanto en el incremento térmico como en el descenso pluviométrico.