Los responsables de federaciones empresariales de los ocho países miembros del G8 (Japón, Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia y Rusia) han mantenido una reunión en Tokio (Japón), destinada a preparar propuestas para la cumbre del G8 que tendrá lugar entre el 7 y el 9 de julio en Hokkaido (norte del país), donde el tema central será el cambio climático. Al término del encuentro, se han mostrado a favor de una reducción de las emisiones de CO2 calculado sector por sector y emitieron un comunicado conjunto en el que reclamaron a los gobiernos del G8 que "garanticen que la industria será competitiva, sin ser injustamente penalizada por medidas políticas desequilibradas que retiren recursos de la inversión en innovación".
A la vez, se mostraron a favor de la propuesta japonesa para lograr un esquema de reducción de las emisiones de gases contaminantes sector por sector, para así promover la eficiencia energética, según ha informado la agencia Kyodo. Una vez concluya la vigencia del Protocolo de Kioto (en 2012), creen que será preciso llegar a un pacto internacional sobre la reducción de gases de efecto invernadero que incluya a todas las naciones contaminantes.
Las emisiones crecerán hasta 2025
Estas declaraciones del G8 se producen el mismo día en que George Bush afirmara que las emisiones de CO2 de Estados Unidos continuarían subiendo hasta 2025. El presidente Bush, que termina su segundo mandato este año, ha ofrecido sólo unas pocas ideas sobre cómo conseguirl controlar el efecto invernadero. Por ejemplo "reducir las emisiones de las empresas" y "potenciar las nuevas tecnologías". Sin embargo, rechazó establecer nuevos impuestos o abandonar la energía nuclear. "Si imponemos nuevas leyes que sigan los principios que he desarrollado y adoptamos las iniciativas apropiadas colocaremos a América en una nueva carrera para reducir el efecto invernadero. Estamos haciendo mucho para proteger el medio ambiente", ha afirmado.
Los tres candidatos que luchan por suceder a Bush (los demócratas Obama y Clinton y el republicano McCain) han hecho propuestas climáticas que van mucho más allá, incluyendo un límite a la emisión industrial de dióxido de carbono y un sistema de intercambio de las emisiones similar al de la Unión Europea.
Estados Unidos es uno de los países más contaminantes, pero Bush siempre se ha opuesto a imponer límites para favorecer la armonía de la economía estadounidense y apelando a la falta de iniciativas de otros países como China e India.