Los altercados en Copenhague por la Cumbre del Clima aumentan en violencia. El lunes por la noche la policía detuvo a 210 personas en el centro de la ciudad y empleó gases lacrimógenos. 14 de ellos siguen detenidos y el resto quedaron libres sin cargos. Los congregados en un acto en el que participó la ensayista canadiense Naomi Klein, autora de No logo, afirman que no hubo ninguna provocación y que los agentes entraron de forma brutal, pero un portavoz de la policía afirma que les recibieron con cócteles molotov y que fue necesario el uso de gases para controlar la situación.
Rebeca, una de las participantes en el acto organizado por Climate Justice Now, lo niega: "Estábamos cantando y bailando tras el acto cuando nos dijeron que estaba la policía fuera, que no saliéramos. Luego entraron con gases lacrimógenos y todo el mundo se tiró al suelo con la bufanda o lo que pudiera en la cara para poder respirar": La principal protesta no autorizada se espera para mañana junto al centro de convenciones.
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Capital fortificada
Copenhague es una ciudad fortificada. Junto a los principales hoteles la policía ha colocado muros prefabricados de cemento y los policías controlan el acceso. Ante el temor a los disturbios, Dinamarca aprobó antes de la cumbre una ley que permite a la policía llevar a cabo detenciones preventivas. Para mañana, el portavoz policial augura "masiva presencia policial" junto al centro de convenciones.
El sábado, en una manifestación con decenas de miles de personas, arrestaron a 968 personas y luego presentaron cargos contra cuatro.