Después de más de un año de debate, Alemania ha decidido incorporar a la Federación de Desarrolladores de Videojuegos Alemana (GAME) dentro del Consejo de Cultura de Alemania, el organismo que agrupa a todas las asociaciones federales y que gestiona la política cultural del país.
Esta decisión se ha tomado no sin desatar fuertes polémicas, pero finalmente ha primado el hecho de que los videojuegos son un importante sector económico, que el año pasado en Alemania creció un 21%, y que la industria se nutra en gran parte de profesionales de disciplinas consideradas tradicionalmente artísticas comos son los diseñadores o los guionistas.
El Consejo de Cultura también destacado en su comunicado oficial el hecho de que los videojuegos aportan un creciente número de trabajadores a la seguridad social.
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La Federación GAME ha calificado esta decisión de "histórica". "Es un punto de inflexión en la política de Alemania, y es histórico. Con esto, la industria de los videojuegos queda definitivamente incluida en el ámbito cultural", ha resaltado su portavoz Malte Behrmann.
La violencia de algunos videojuegos ha sido uno de los principales argumentos utilizados por quienes se han opuesto a que el gobierno alemán considera a los videojuegos como una disciplina más de la ciultura.