La victoria manda directamente a los anfitriones hasta Armenia a esperar hasta el lunes en cuartos de final al segundo mejor tercero. Chile jugará antes en Pereira, el domingo, ante el segundo del grupo B.
Giovanni Hernández, el chico de 25 años sobre el que Maturana ha colgado el equipo, cuajó su mejor actuación, sin las desapariciones repentinas de los días previos. Dejó su calidad de forma continuada, como referencia permanente del juego. Es hábil para esconder el balón, también para entregarlo en corto y en largo hacia los espacios vacíos. Y acompaña la jugada hasta el final, se planta en el área, remata.
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Pero Colombia no fue sólo Giovanni Hernández. Jugó bien en su conjunto, desde el despliegue incansable de Grisales hasta el candado que tiene puesto en el corazón de la defensa, con dos centrales de jerarquía: Iván Córdoba, que por algo juega en el Inter, y Yepes, del River Plate. Mirándoles se empieza a comprender por qué Colombia abandona la primera fase sin un solo gol en contra que lamentar.
Y eso que enfrente estaba Montecinos, que hasta ayer comandaba la tabla de máximos realizadores del campeonato. A Chile no le quedó otra que encomendarse a sus remates, siempre lejanos y en su mayoría a balón parada. El juego, con el que intentó cargar en el segundo tiempo exponíendose por una vez a su propia trampa del contragolpe, no le dio para arañar peligro de otra forma.
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