Rácing de Santander y Valladolid han iniciado en el Sardinero la Liga más austera de los últimos años. Con menos dinero en fichajes y con el culebrón Ronaldo aún pendiente, una nueva edición de la Liga de las Estrellas se pone en marcha con los de siempre como favoritos.
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La estelar presencia del francés Zinedine Zidane en el Bernabéu la pasada temporada costó a Florentino Pérez cerca de 75 millones de euros, el fichaje más caro en la historia del fútbol, mientras que en la nueva temporada 2002-2003, que ha arrancado hoy, los clubes españoles han realizado una inversión global que ronda los 90 millones, una apuesta clara por la austeridad en momentos en los que la penuria económica amenaza a la Liga de las estrellas.
El fútbol español ha dicho adiós al talonario. Los clubes han reducido considerablemente el gasto en fichajes debido a sus poco saneadas cuentas y el sombrío futuro que se les avecina en la negociación de los derechos de televisión. El contrato expira la próxima temporada y sólo Madrid y Barcelona tienen asegurados los suyos hasta 2008. El resto deberán acordar los nuevos y, según parece, a la baja.
Aún así, la crisis no resta pasión al nuevo curso. A falta de caras nuevas, los regresos marcan la temporada. Regresa un histórico, el Atlético de Madrid, inmerso durante dos años en la página más negra de su historia. También lo hace Louis Van Gaal al Barça, Alfonso al Betis, Karpin a la Real o emigrantes sin suerte en Italia como Mendieta, Javi Moreno o Iván de la Peña. Sólo hay una baja importante, la de Rivaldo, cuyo traspaso al Milan rompe la tendencia del desembarco de estrellas desembarcan en España ante la austeridad del Calcio. Ronaldo, el culebrón del verano, aún podría ser el último.
Entre los nuevos inquilinos sobresale Juan Román Riquelme, un argentino que postula un cambio de estilo en el Barça, un giro necesario con un objetivo irrenunciable: ganar títulos. El remedio a cuatro años de sequía es un viejo marinero llamado Van Gaal que no cautivó por sus encantos, pero sí por sus éxitos: dos ligas. Pese a las especulaciones reinantes en el Madrid, Florentino no ha firmado ningún nuevo contrato y ha rejuvenecido al equipo con la lustrosa cantera de la Ciudad Deportiva.
En la misma línea se ha plantado el Valencia. Ni un solo refuerzo para el campeón de Liga. Rafa Benítez, siempre contenido, trabaja con un equipo campeón, mientras la exigente afición ché reclama a su presidente que lo convierta en un grande de verdad. Un eterno grande como el Deportivo, cuenta con dos nuevas incorporaciones, el central portugués Jorge Andrade y el centrocampista paraguayo Toro Acuña.
Detrás de los cuatro pilares, un grupo de buenos equipos, Celta, Betis, Alavés o Atlético de Madrid aspiran a dar el salto. El más reforzado, el conjunto rojiblanco, con nueve caras nuevas, pero con el mismo estandarte, Luis Aragonés, que conoce los entresijos del fútbol español y que sacará el máximo rendimiento a los suyos. Villarreal, Sevilla, Valladolid, Racing y Recreativo conforman las segundas voces de la Liga, pero con el mismo mérito.
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