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Luis Angel Rojo reconoce la impotencia de los bancos centrales para hacer frente a los ataques especulativos

El franco francés volvió a pasear ayer por la cuerda floja, acosado por los especuladores y la rumorología. El agobio fue tal que Pierre Bérégovoy, primer ministro, se vio obligado a hacer unas enérgicas declaraciones rechazando la posibilidad de una devaluación o el abandono del SME. Su desesperada defensa estuvo apoyada por nuevas intervenciones del banco central francés y del Bundesbank alemán. Pero la confusión aumentó cuando el presidente de esta última entidad sugirió públicamente que cada país debe limitarse a cuidar de su propia divisa.El Gobierno francés adoptará cualquier medida para mantener la paridad de su moneda

Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, aseguró ayer que el Sistema Monetario Europeo (SME), lejos de recuperar la tranquilidad, "tendrá problemas en los próximos meses". Rojo reconoció que los bancos centrales no son capaces de hacer frente a los ataques especulativos a sus monedas "cuales quieran que sean las reservas que tengan y sus mecanismos habituales de defensa".El gobernador hizo un profundo análisis de los Pactores que han provocado la actual inestabilidad monetaria en su conferencia La economía española en el marco de la economía europea organizada por la Universidad Autónoma de Madrid.

Rojo se refirió a la delicada situación que vive el franco en el mecanismo de cambios europeo. Los ataques contra el franco, que calificó de "impredecibles", se desataron "a raíz del débil francés a Maastricht". Desde entonces, "los mercados siguen esperando sin que se produzca una bajada de tipos de interés en Alemania", dijo, "y en Francia aumentan las voces que piden un abandono del seguimiento de la política monetaria alemana -que sirve para sostener la paridad del franco- para así poder impulsar la economía de cara a las próximas elecciones".

Para hacer frente a la inestabilidad, el gobernador es partidario de acelerar el proceso de unión monetaria, en contra de "quienes piensan que Europa se ha pospuesto de forma indefinida". La tormenta ha supuesto la salida de la lira y la libra del SME y la devaluación en un 11% de la peseta, y en un 6% del escudo portugués. La pérdida de valor de la moneda española "ha puesto fin a un periodo de clara sobrevaluación de la peseta", dijo.

"Las perturbaciones recientes han demostrado la dificultad con las que se encuentra un sistema de paridades quasi fijas cuando el centro de decisión se divide entre once países", dijo. "Hay que ganarse la confianza del mercado. Un claro compromiso para alcanzar la unión monetaria sería un incentivo para evitar estas tensiones", sentenció. Rojo se lamentó de que la Comunidad haya desaprovechado oportunidades para solucionar la crisis del SME.

También se lamentó de que España, que ha tenido que pagar con dos devaluaciones de la peseta su permanencia en el mecanismo de cambios europeo, no haya aprovechado el marco de confianza con que contaba nada más entrar en el SME. "No lo hemos usado adecuadamente. No se han hecho los ajustes necesarios para reducir la inflación", que a juicio de Rojo es el problemas más grave de la economía española.

Rojo cree que el destino de la política española es alcanzar la senda de estabilidad: "con una política fiscal moderada y con la aplicación de reformas estructurales. Reformas que deben afectar no sólo al mercado de trabajo, que no puede funcionar peor, sino también a sectores que gozan de cierto proteccionismo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de diciembre de 1992