Ortega no soporta los privilegios de Romario. De ninguna manera. El jugador argentino se considera una figura mundial de la estatura del brasileño, y no quiere ser menoscabado. Ese es el origen de una disputa que se produjo la semana pasada en Paterna entre Ortega y el técnico italiano del Valencia, Claudio Ranieri. Fue un choque que ha tenido unas consecuencias inmediatas: Ortega fue excluido ayer a última hora de la lista de convocados para enfrentarse al Zaragoza, lo que ha provocado un enojo considerable del 10 de la selección argentina. "No entiendo nada", dijo ayer Ortega. Ranieri, por su parte, justificó el descarte: "Tengo mucha confianza en Ortega, pero ahora no está bien y prefiero otro jugador de menos calidad, Vlaovic, pero de más trabajo. Viaovic le ha dado mucha profundidad al equipo".Efectivamente, a parte del conflicto de personalidades, Ranieri tiene motivos tácticos para dejar fuera a Ortega: Vlaovic es un jugador mucho más afín al juego directo y de contragolpe que proclama Ranieri.
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Pero hay más, pues el rendimiento del jugador argentino ha caído en picado en los últimos meses. Poco tiene que ver con el del año pasado. La animadversión nacida entre las dos grandes estrellas del equipo en el poco tiempo en que han coincidido también ha influido de manera determinante. Choque de egos. Ortega era el centro de todas las miradas hasta que apareció Romario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de noviembre de 1997