Las elecciones del pasado domingo han llevado a la provincia de Lleida algunos cambios respecto a las de 1995, independientemente de haberse certificado una vez más le hegemonía de CiU, que conserva sus ocho escaños. El más significativo ha sido el crecimiento espectacular de los socialistas a costa de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y del PP. Ambas formaciones han perdido uno de los dos diputados que tenían.Nacionalistas y socialistas han acogido con especial satisfacción los resultados. Los primeros, porque han conseguido el objetivo de no ceder escaños pese a haber perdido casi 8.000 votos con relación a la cita anterior. Los segundos, porque han sabido aprovechar el efecto Maragall para superar su propio listón, que era de cuatro. La coalición PSC-Ciutadans pel Canvi-IC-V ha sido la única formación que ha mejorado. Ha obtenido 55.348 votos, casi 9.000 más que los que sumaron sus miembros por separado hace cuatro años.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de octubre de 1999