El test de Goldberg que se utiliza en psiquiatría desde comienzos de los años ochenta está considerado por los expertos como una prueba con un índice de error muy bajo. "De los 5.000 chavales a los que pasamos las preguntas, sólo rechazamos un 10%", explica Sánchez Bañuelos. "El cuestionario está ya preparado de tal manera que es fácil descubrir cuándo un joven intenta engañarnos", añade.El equipo de Sánchez Bañuelos que trabajó en colegios e institutos públicos adecuó el test del psquiatra británico a los adolescentes a los que iba a ir destinado. "Se suprimieron algunas preguntas relacionadas con la muerte, por ejemplo".
Todos los cuestionarios fueron respondidos de manera anónima. "En el test de Golberg, tener puntuación es lo mismo que diagnosticar algún síntoma de desequilibrio. Hubo algunos casos en los que se registraron puntuaciones preocupantes, pero las condiciones del estudio nos impidieron avanzar más", añade el experto.
En las treinta preguntas del denominado cuestionario de estado general de salud se interrogó a los jóvenes sobre su estado en las dos últimas semanas anteriores a la prueba.
Algunas de las preguntas a las que se concedían cuatro tipo de respuestas fueron: ¿Has podido concentrarte bien en lo que hacías? ¿Tus preocupaciones te han hecho perder mucho sueño? ¿Has pasado noches inquietas o intranquilas? ¿Te las has arreglado para mantenerte ocupado o activo? ¿Has salido de casa tanto como tienes costumbre? ¿Te has arreglado tan bien como la mayoría de la gente lo haría en tus circunstancias? ¿Has tenido la impresión, en conjunto, de que estás haciendo las cosas bien? ¿Te has sentido satisfecho con tu manera de hacer las cosas? ¿Has sido capaz de sentir calor y afecto por los que te rodean? ¿Te ha resultado fácil entenderte con la gente? ¿Has sentido que estás jugando un papel útil en la vida? ¿Te has sentido capaz de tomar decisiones? ¿Te has notado constantemente agobiado y en tensión? ¿Has tenido la sensación de que no puedes superar las dificualtades? ¿Has vivido bajo la impresión de que la vida es una continua lucha? ¿Has sido capaz de disfrutar de tus actividades normales de cada día? ¿Te has tomado las cosas demasiado a pecho? ¿Te has asustado o has sentido pánico sin motivo? ¿Has perdido la confianza en ti mismo? ¿Has pensado que eres una persona que no vale para nada? ¿Ves tu futuro con esperanza?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de abril de 2000