La crisis provocada en el grupo Socialistes-Ciutadans pel Canvi por los diputados Josep Maria Vallès y Antoni Siurana al negarse a votar el proyecto de ley sobre incineración de residuos se resolvió mediante la simple imposición de dos multas. Cada uno de ellos tendrá que abonar 60.000 pesetas por haber roto la disciplina de voto del grupo. Los dos diputados han reconocido que debían haber avisado de su decisión antes de la votación. Pasqual Maragall quiso comunicar ayer personalmente que ésta será la solución del caso, que ha sido la primera disensión entre los componentes de su gobierno en la sombra. Maragall compareció ante los periodistas en el Parlament para anunciar esta decisión, destinada a mantener la disciplina y aplacar las iras de los diputados de su grupo que consideraron inaceptable la actitud de Vallès y Siurana, y que aprovecharon la ocasión para criticar, sobre todo, a Vallés, que es el presidente de Ciutadans pel Canvi.
Pero Maragall acompañó este anuncio con la expresión de su "respeto" por el "voto en conciencia" de los diputados, que se negaron a secundar el cambio introducido en la iniciativa legislativa popular, que reclamaba la incineración de residuos urbanos y se modificó para convertirla en una regulación de la incineración.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de octubre de 2000