Dicen que siempre es más fácil nadar a favor que contra la corriente. Y la corriente que nos llevó en su día a las sociedades anónimas deportivas fluye hacia la Bolsa. Un total de 17 clubes cotizan en Bolsa en Inglaterra; 4 en Dinamarca; en Francia, el Paris Saint-Germain; en Alemania, el Bayern, y en Italia, tras la salida a Bolsa del Lazio, están preparándose el Milan, el Roma y el Juventus, entre otros. Cuando el Manchester salió a Bolsa, en junio de 1991, tuvo una revalorización media anual del 66% en los primeros cinco años y rentabilidades superiores al 80%. Económicamente es una operación más que interesante si el objetivo de los accionistas inversores es cobrar dividendos.Pero una cosa es especular en Bolsa con el único objetivo de ganar dinero y otra distinta ser socio o accionista de una entidad con el solo propósito de contribuir con la propia aportación a que ese club gane el máximo número de trofeos en las competiciones en las que participe. En España el fútbol todavía no ha llegado a la Bolsa, aunque parece ser que en 2002 se abrirá la veda. Pero me da la sensación de que cuando se piensa tanto en cuestiones económicas, operaciones de mercadotecnia, actividades de merchandising, etcétera, se descuidan áreas que son también importantes, como la deportiva y la social. Desde el punto de vista social es mucho más bonito que un club pertenezca a todos y cada uno de sus socios en vez de a una multinacional de alimentación, como el caso del Lazio, o a unos cuantos fondos de inversión. Y desde el punto de vista deportivo -que para mí seguirá siendo el objetivo prioritario de un club de fútbol-, es fundamental que los socios disfruten con el espectáculo y ganen el mayor número de campeonatos.
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El resto de Europa está lleno de clubes que cotizan en Bolsa, pero la Liga española, donde aún no se ha salido a Bolsa, es la mejor de toda Europa, y a los datos me remito: el año pasado llegaron a semifinales de la Champions League tres equipos españoles y la final, como todos recordarán, fue entre el Real Madrid y el Valencia. Este año ocho equipos españoles están compitiendo en Europa; de ellos, tres han pasado la primera ronda de la Champions League como cabezas de grupo (Real Madrid, Coruña y Valencia), y me da la sensación de que volveremos a tener algún equipo español tanto en las finales de la Champions como de la UEFA. Seguro que nadie cortará el cupón ni cobrará dividendos, pero la satisfacción que produce ganar estos campeonatos es muy superior a las cuatro cochinas pesetas que te puedan dar. Por lo menos así lo entiendo yo.
Fernando Martorell, ex presidente del Espanyol
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de diciembre de 2000