Hacía mucho tiempo que la sociedad catalana no mostraba una actitud tan unánime, incluso con oraciones de las monjas Clarisas de Pedralbes, como la conseguida para reclamar la llegada de la línea principal del AVE a Barcelona y la frontera francesa en el año 2004, con estación en la terminal del aeropuerto de El Prat. El ministro de Fomento ha hecho oídos sordos a la propuesta catalana, ha retrasado al año 2007 la llegada de un ramal secundario al aeropuerto y propone que el Gobierno catalán pague esta mala solución, si se quiere para 2004.
El interés de Cataluña y de España exige soluciones y el pactismo catalán nos obliga a buscar salidas de compromiso: desde Cataluña podríamos avanzar ahora el dinero para recuperarlo en 2007 con intereses, ya que el AVE y su llegada al aeropuerto son un proyecto estratégico para España que debe ser pagado en su totalidad por el Gobierno central.
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Cataluña es uno de los grandes motores económicos del país, que genera y debe seguir generando importantes rentas para contribuir al desarrollo del conjunto de la sociedad. En una España plural, Madrid puede ser la metrópolis destinada a dirigir la presencia española en algunos mercados mundiales y Barcelona debe ser la capital de los proyectos europeos de España.
Sólo la miopía del PP o una estrategia diseñada con muy mala uva y encaminada a estrangular la economía catalana pueden explicar los recortes al proyecto del AVE, la marginación del aeropuerto, la persistencia de los peajes de las autopistas o el déficit de autovías gratuitas que van matando la gallina de los huevos de oro. Las sospechas de un diseño anticatalán se acrecientan al comparar el sobrecoste de la propuesta, pactada por el PP, de trazado del AVE al Levante español con el regateo de 15.000 millones para el enlace del aeropuerto de Barcelona
El Gobierno catalán es prisionero del PP y en solitario Jordi Pujol no tiene fuerza ni capacidad de negociación; propongo, pues, que se busque el acuerdo institucional y el de las fuerzas políticas, sociales y económicas para dar una respuesta conjunta al PP.
Manel Nadal es portavoz de Infraestructuras del grupo parlamentario PSC-Ciutadans pel Canvi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de febrero de 2001