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Tribuna:

El tiempo es oro

'Prefiero un buen acuerdo a un acuerdo rápido'. Éstas son las palabras textuales del ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, con las que se resume la voluntad política de compromiso y diálogo con la Generalitat en relación con el trazado del tren de alta velocidad a su paso por Barcelona.

En ningún momento el ministerio ha negado la llegada al aeropuerto de El Prat. El 16 de febrero se logró un principio de acuerdo para que el tren de alta velocidad tenga parada en el aeropuerto, con la participación económica del Gobierno catalán a fin de que se cumpla el calendario de 2004. La otra opción es esperar hasta el año 2007, si fuera a cargo de la Administración central, ya que debería realizarse una programación plurianual para el aumento del gasto que supone el bucle para llegar al aeropuerto.

Considero necesario que se produzca esa colaboración en la financiación del proyecto, con el objetivo de adecuarlo a todas las necesidades dentro del plazo establecido -el año 2004-, basándome en las siguientes reflexiones:

1. En otras comunidades también han optado por soluciones convenidas, como la suscripción del convenio entre Fomento, la Xunta de Galicia y Renfe para la alta velocidad ferroviaria, que prevé una inversión de 160.000 millones de pesetas para la mejora de red de Galicia, en la que Fomento aporta 130.000 millones y la Xunta 30.000. Un total de 119.000 millones se destinarán a la construcción de la alta velocidad en el corredor del Atlántico. Este tipo de convenios debería ser un buen ejemplo que seguir por el resto de los gobiernos.

2. Del principio de acuerdo del día 16, y de las palabras del presidente Jordi Pujol parecía desprenderse que la aportación del Gobierno sería sustancialmente inferior a esos hipotéticos 9.000 millones, del gasto de 15.000 millones que supondría el bucle al aeropuerto de El Prat. No parece que nos encontremos ante una exigencia ni mucho menos excesiva respecto a la aportación de la Generalitat, aunque sí necesaria.

3. No debemos olvidar que también una infraestructura de la Generalitat absolutamente decisiva como es el Eje Transversal, con un coste de 77.000 millones, ha sido sufragada en 57.000 millones por la Administración central cuando, repito, estamos hablando de una obra de la Generalitat. Eso sí, las inauguraciones, que fueron muchas, unas 22, las protagonizó el Ejecutivo catalán y, si la memoria no me falla, creo que la última costó unos 50 millones de pesetas.

Ahora es el Gobierno catalán el que debe decidir entre, como dijo el propio presidente, 'sopesar qué importa más, si el calendario o el coste'. Y yo le contestaría con aquel dicho que en este caso es oportuno por partida doble: 'El tiempo es oro'. Nuestro país necesita esta infraestructura, en el tiempo establecido y con la colaboración catalana.

Alicia Sánchez Camacho es portavoz del PP de Cataluña y diputada en el Parlament.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de febrero de 2001