China ejecutó al menos a 89 personas y condenó a otras 46 a muerte el miércoles, en el marco de una nueva campaña de represión de la criminalidad, según informó la prensa china. La cifra es una de las más altas registradas en ese país en una sola jornada. El récord lo tuvo la ciudad de Cantón, en la China meridional, con 28 ejecuciones, seguida de Shenzen, fronteriza con Hong Kong, donde 21 criminales fueron pasados por las armas.
El endurecimiento de las condenas es fruto de la campaña lanzada por el presidente chino, Jiang Zemin, contra una criminalidad que aumentó un 50% el año pasado con respecto a 1999, según las estadísticas oficiales. A su vez, los incidentes con participación del crimen organizado se multiplicaron por siete en el mismo periodo. Y muchos de los casos que han llegado a los tribunales implican a responsables del Partido Comunista Chino (PCC) o del Estado, según la agencia oficial de noticias Nueva China.
La población está especialmente sensibilizada por la ola de criminalidad después del cuádruple atentado en la provincia de Shijiazhuang, en el Norte de China, que acabó con la vida de 108 personas el mes pasado. Luo Gang, principal responsable de la policía y la justicia del PCC, reconoció durante una entrevista que la violencia estaba en plena eclosión, especialmente los atentados, los asesinatos, los robos a mano armada y los secuestros.
Según Amnistía Internacional, al menos 1.263 ejecuciones se registraron en China en 1999, año en el que se dictaron también 2.088 condenas a muerte, lo que constituye un récord mundial. Desde 1990 hasta el final de 1999, la cifra de ejecutados asciende a 18.194.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de abril de 2001