La central nuclear de Cofrentes es el gran motor energético de la Comunidad Valenciana y produce cerca del 80% del conjunto de la energía generada en tierras valencianas. La central térmica de Castellón, que quema fuel, ocupa un segundo lugar a gran distancia.
Los saltos hidráulicos de La Muela de Cortes, Cofrentes y Cortes II tienen una potencia instalada tan elevada como la propia central nuclear, pero a lo largo de 1999 generaron energía muy por debajo de sus posibilidades.
Al margen de los grandes generadores, que suman cerca de 3.000 megawatios de potencia instalada y son todos ellos propiedad de Iberdrola, los pequeños productores en régimen especial generaron un 10% de la demanda total de los valencianos.
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La Consejería de Industria espera reducir el desequilibrio entre la producción y la demanda gracias a tres grandes proyectos. Iberdrola ya construye una nueva central térmica de ciclo combinado a gas en Castellón, que dispondrá de una potencia instalada de 800 megawatios.
El proyecto más importante lo impulsa Unión Fenosa en la localidad valenciana de Sagunto, donde prevé la instalación de otra central térmica a gas que tendrá, si llega a realizarse, una potencia instalada de 2.400 megawatios. El proyecto exige construir otra central para regasificar gas natural licuado que sería importado desde Egipto por barco.
Industria cita también otro proyecto de central térmica en la provincia de Alicante, con una potencia de 400 megawatios, vinculado a una futura planta desaladora de agua marina.
El desarrollo del plan eólico, que prevé una potencia instalada de 1.750 megawatios, sería el último recurso que baraja Industria para lograr la autosuficiencia energética de la Comunidad Valenciana, pero nunca antes de diez años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de abril de 2001