'No debe quedar impune, pero la pena debe ser impuesta, con proporcionalidad al delito, por el juez, no por los políticos. Los socialistas, además, queremos potenciar la educación por la democracia y la tolerancia en la juventud, y proponemos una serie de medidas desde el centro escolar para el apoyo y asesoramiento a las familias que tienen algún hijo que esté o haya pasado por la violencia callejera. A los políticos nos corresponde hacer las leyes, el delito lo debe perseguir la policía y la pena la impone el poder judicial. Ésta es la diferencia entre los demócratas y los totalitarios. El ciudadano delega en el Estado el monopolio de la violencia, y el Estado, en tres poderes separados, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, la impone bajo control y proporcionadamente'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de mayo de 2001