Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
IGLESIA

Los obispos oponen su concepto de familia a las 'vacilantes' leyes

La Conferencia Episcopal Española critica el divorcio, el aborto y la homosexualidad

'Las leyes españolas y las sentencias del Constitucional no están atentas', dijo Reig al presentar la instrucción. 'Una sociedad que permite la destrucción de la vida no nacida está minando el Estado de derecho'.

El documento de la Conferencia Episcopal parte de una crítica a la 'ambigüedad de los valores de la cultura dominante' y del 'desprestigio de la familia' y 'desvalorización de la vida' y, tras proclamar que 'la misión de la Iglesia es un inestimable servicio a la familia', ofrece 'pautas básicas para la política y pastoral familiar adecuadas'. Las autoridades deben reconocer 'la identidad de la familia, basada en el matrimonio natural' y 'permitir a la familia ser y actuar como tal'.

La batalla decisiva se libra en torno al modelo de familia. 'La verdadera ecología humana es la familia', dijo Reig. 'Los temas decisivos donde se levanta o cae esta sociedad son los relacionados con el respeto a la vida humana'. Según eso, la sociedad actual, y por supuesto la española, están en peligro de caer. 'Queremos contribuir a que Occidente no enferme', señaló Reig, que citó el diagnóstico de Juan Pablo II de que sobre la sociedad planea el eclipse de Dios. 'Una sociedad sin Dios', dijo Reig, 'hace que los hombres queden a merced de sí mismos'.

Los obispos ven síntomas alarmantes en España, como el hecho de que tener un hijo se viva 'como problema y no como esperanza' y la 'verdadera presión social que se ejerce contra la familia numerosa'. 'Esta desvalorización social', dicen, 'tiene una trágica consecuencia en la legislación de nuestro país. Si el inicio fue la despenalización del aborto, un ejemplo patético es el caso de los embriones sobrantes' de la fertilización in vitro, 'considerados material de desecho'. 'Detrás de esa legislación vacilante, se halla una pretendida defensa de los pretendidos derechos de la libertad individual de los votantes por encima de la vida de los débiles, como los no nacidos, o incluso de la valoración de los minusválidos'.

La memoria de los obispos es larga. El divorcio, aunque 'legalizado y aceptado como realidad normal, en realidad perturba gravemente' la familia. Recuerdan que hay 'incompatibilidad del estado de divorciado y casado civilmente con la comunión eucarística, aunque no están excluidos de la Iglesia'.

Toda la sexualidad, es fuente de preocupación pastoral. 'La castidad es una virtud social, que custodia el amor verdadero', dijo Reig. Los obispos están en contra de que 'la libertad sexual sin límites' se presente como 'un nuevo derecho'. Y hay cosas que no están dispuestos a ver color de rosa: 'Las fuerzas sociales deben saber responder a la pretensión inconsiderada de determinados grupos de presión que procuran (...) la justificación y exaltación pública de un estilo de vida homosexual (...) con la pretensión de alcanzar un cambio legislativo para que los homosexuales puedan gozar de nuevos derechos referentes al matrimonio y a la adopción'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de mayo de 2001