El presidente norteamericano George W. Bush recibió ayer en la Casa Blanca al Dalai Lama, líder espititual del Tíbet en el exilio. El gesto es un nuevo desaire de la Administración norteamericana al Gobierno chino, cuando aún se encuentra en Estados Unidos el presidente de Taiwan, Chen Shui-bian. Pekín ya ha expresado su protesta por la bienvenida dada a los dos, ya que considera al primero como un independentista peligroso y al segundo como el gobernante de una provincia rebelde. En la foto, el Dalai Lama y el presidente Bush conversa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de mayo de 2001