París y Berlín ya han puesto sobre la mesa sus diferencias. Las dos capitales tienen criterios muy diferentes sobre el futuro de la Unión Europea y la difusión de sus posiciones ha lanzado ya al máximo nivel un debate que concluirá en 2004, como acordaron los jefes de Estado o de Gobierno en la cumbre de diciembre pasado en Niza. La organización interna de la UE y el concepto de federalismo son dos puntos básicos discrepantes entre las propuestas del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) del canciller Gerhard Schröder y la difundida ayer por el primer ministro francés, el socialista Lionel Jospin. Sus principales diferencias son éstas:
Segunda Cámara. Schröder es partidario de que el Consejo de Ministros de la UE se convierta en una segunda Cámara parlamentaria, similar al Bundesrat alemán, en la que estarían representados los Estados. Jospin prefiere que esa segunda Cámara sea una 'conferencia permanente' de Parlamentos nacionales o 'Congreso' que anualmente debatiría el 'estado de la Unión'.
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Competencias. El SPD propone que los Estados recuperen competencias hoy atribuidas a la UE, sobre todo las relativas a la política agraria y a las ayudas europeas. Jospin cree que se debe 'rechazar' que se vuelvan 'a nacionalizar políticas que ahora se definen y dirigen a nivel de la Unión'. España apoya esta tesis.
Federalismo. El canciller apuesta por una fórmula ya bautizada como 'una Europa federal a la carta alemana'; es decir, con esquemas organizativos muy similares al de Berlín. El primer ministro francés prefiere hablar de una 'federación de Estados-nación', en la que esos Estados sigan desempeñando un papel como tales, y no equiparados 'a la categoría de länder alemanes o Estados federados americanos'.
Consejo. Mientras el partido de Schröder convertiría al Consejo de la UE en una segunda Cámara, Jospin prefiere formar 'un Consejo permanente de ministros' integrado por 'una especie de viceprimeros ministros' que coordinarían las políticas europeas en sus propios Gobiernos y organizarían las cumbres europeas, que debieran ser cada dos meses.
Comisión. En el esquema alemán, la Comisión Europea se convertiría en un 'Ejecutivo europeo fuerte', aunque, por otro lado, pretende renacionalizar competencias. Para el dirigente socialista francés hay que 'reforzar' la legitimidad y la autoridad del Ejecutivo comunitario, cuyo presidente procedería del partido europeo con mayor apoyo en las elecciones europeas.
Ayer, un portavoz alemán se limitó a dar la bienvenida a la aportación francesa al debate, mientras el británico Tony Blair rechazó la idea de Jospin de lograr una armonización fiscal en la UE.
La aportación de Jospin al debate sobre el futuro de la Unión deja en evidencia a otros líderes europeos que, como el español José María Aznar, aún no han difundido sus ideas al respecto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de mayo de 2001