Dos semanas después de presentarse ante el Papa para pedir la readmisión en la Iglesia católica, el arzobispo emérito de Lusaka (Zambia), Emmanuel Milingo, de 71 años, reapareció ayer. En el telediario de las 20.00 horas de la televisión pública italiana (RAI), reconoció haberse equivocado al participar como contrayente, el 27 de mayo, en una multitudinaria ceremonia nupcial del reverendo Moon en Nueva York. "No lo volvería a hacer", dijo Milingo, "después de ver la forma en la que el Papa me ha acogido". Según Milingo, que se expresó en un confuso italiano, el Papa le conmovió al pedirle: "Regresa a la Iglesia Católica en nombre de Jesucristo". Esas palabras y una nueva reflexión sobre "la gran responsabilidad pastoral" bastaron para que el arzobispo decidiera abandonar a su esposa, la acupuntora coreana Maria Sung, de 43 años.
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Milingo tuvo en televisión palabras de afecto hacia Sung. "Ella sabrá comprender, no es una niña, es una persona adulta a la que hay que tratar con respeto", dijo, y volvió a reclamar un encuentro con ella. "Es un asunto de dos, que tenemos que resolver entre nosotros", dijo.
El arzobispo se quejó de que hasta ahora no ha podido ponerse en contacto con su esposa. "Está bajo el control del reverendo Shenker" (Philip Shenker, portavoz de Moon), señaló, y achacó a ese control el que a Maria Sung no se le haya entregado una carta suya de despedida del 11 de agosto, en la que declara: "María, te amo como a una hermana".
El arzobispo leyó en televisión la carta: "Mi madre la Iglesia Católica me ha llamado a regresar al rebaño. Algunos prelados me han hablado en nombre de Jesús para ayudarme a comprender la gran responsabilidad que tengo dentro de la Iglesia. Las personas que me buscan y me esperan son muchas. Además están las congregaciones que he fundado y que esperan mi guía espiritual. Las palabras del Santo Padre me han conmovido. Mi deseo más vivo es obedecer por lo tanto al Santo Padre y someterme a las leyes de la Santa Madre Iglesia. Yo te amo como a una hermana. Rezaré por ti toda mi vida, el Señor te bendiga".
María Sung vio y escuchó a su esposo en una pantalla de televisión gigante en el hotel romano donde se aloja. Una traductora le iba informando. "Está drogado", exclamó Sung en italiano ante los fotógrafos que la rodeaban.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de agosto de 2001