Media hora se llevaba de partido cuando Del Bosque, en una imagen poco habitual, se levantó del banquillo de forma airada y protestó a López Nieto, al que enseñaba siete dedos de sus manos. Ocurrió que Albelda acababa de hacer una nueva falta. La séptima -Del Bosque llevaba bien la cuenta- para un total de 10, repartidas en nueve zancadillas y un empujón. 36 faltas hizo el Valencia y casi un tercrio llevaron la firma de Albelda, que acaba de ser llamado por Camacho.
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"En España, primero se piensa en atacar y después en mirar a tu espalda". Así hablaba Zidane hace unos días. No se sabe si después de conocer a Albelda, el francés piensa igual. Él fue la víctima favorita de Albelda. Cuatro faltas le hizo, que le valieron una sola tarjeta amarilla.
En la primera parte Albelda dinamitó desde su posición de medio centro la mayoría de las arrancadas madridistas. Ocho faltas cometió, todas en los alrededores del círculo central. En la segunda mitad redujo su ímpetu. Sólo hizo dos faltas. El Madrid en pleno, con Zidane a la cabeza, casi rogaron a López Nieto que le sacara la segunda tarjeta. En vano. Curiosamente, Albelda fue objeto de cuatro faltas. Dos de ellas se las hizo Figo, que vio tarjeta en la primera y vio tarjeta en la segunda. Y fue expuslado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de agosto de 2001