El juez Baltasar Garzón decretó anoche prisión incondicional como presuntos miembros del reconstituido comando Barcelona de ETA para Fernando García Jodrá, Nerea Bengoa y Unai López de Ocáriz. Y para Pedro Álvarez Fernández y Laura Riera, como presuntos colaboradores de la banda. Asimismo, dictó orden de busca y captura contra Marina Bernadó, que ayudó a García Jodrá a escapar de la capital catalana y a reinstalarse meses más tarde. Los interrogatorios han permitido establecer algunas precisiones sobre cómo se perpetraron los asesinatos del ex ministro socialista Ernest Lluch, el 21 de noviembre de 2000; del concejal del PP José Luis Ruiz Casado, el 21 de septiembre de 2000 en Sant Adrià del Besós (Barcelona); del también concejal popular Francisco Cano Consuegra en Viladecavalls (Barcelona), el 14 de diciembre, y del guardia urbano de Barcelona Juan Miguel Gervilla Valladolid, el 20 de diciembre.
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Fuentes de la investigación aclararon que García Jodrá confesó a la Guardia Civil que el director de Protagonistas de Onda Cero, Luis del Olmo, se había convertido en su "objetivo personal", hasta el punto de que intentaron asesinarlo siete veces entre junio y diciembre de 2000: cinco con un coche bomba y dos de un tiro en la nuca.
Éste fue el método utilizado para asesinar al ex ministro socialista Ernest Lluch en el garaje de su casa, en Barcelona. El autor material de los dos disparos que acabaron con su vida fue, según el auto de prisión, José Ignacio Krutxaga. García Jodrá dijo que este asesinato fue ordenado directamente por la dirección etarra.
García Jodrá explicó que tanto el primer como el segundo comando Barcelona al que perteneció tenía "como objetivos generales" a todos los cargos públicos o personalidades destacadas del PP y PSOE, pero que para atentar contra algún dirigente o cargo del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) tenían que pedir autorización a José María Olarra Guridi y Ainhoa Mujika Goñi, quienes habrían sustituido a los detenidos Xabier García Gaztelu, Txapote, e Iñaki de Gracia Arregi, Iñaki de Rentería. Además de los políticos del PP y los militares, tenían como objetivos un gran centro comercial de Mataró, la sede del grupo Z, y al ex presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) Pedro Ferreras.
La dirección de ETA en Francia debía autorizar también los atentados contra jueces, fiscales y periodistas. Ambos habían dado el visto bueno para matar a Del Olmo tras la insistencia de García Jodrá. El último intento de asesinarle fue el 20 de diciembre de 2000, con una bomba colocada en un Fiat, que se les estropeó. El guardia urbano Juan Miguel Gervilla se aproximó al vehículo y se apercibió de que la llave de contacto había sido manipulada con un destornillador. Mantuvo entonces un forcejeo con Jodrá, momento en el que Krutxaga le disparó por la espalda. García Jodrá, le remató cuando estaba en el suelo.
El auto de prisión del juez Garzón precisa que García Jodrá colocó la bomba bajo el asiento del vehículo del concejal del PP de Viladecavalls (Barcelona) Francisco Cano Consuegra, en tanto que Lierni Armendariz, arrestada en enero junto a Krutxaga, abrió con un destornillador la parte trasera de la furgoneta. El edil falleció a casua de la explosión.
García Jodrá escapó de Barcelona casi en el instante en que la Guardia Urbana detenía a Krutxaga y Armendariz. Fuentes de la investigación indicaron que éste fue llevado en moto hasta Perpignan (Francia) por Marina Bernadó, a quien se busca desde el viernes.
La dirección etarra puso a Jodrá en contacto con Unai López de Ocáriz y Nerea Bengoa, quienes habían recibido un curso de un año sobre armas y explosivos. En julio pasado, los tres se reunieron en Barcelona. Pedro Álvarez Fernandez de Mendía realizó para García Jodrá informaciones sobre el centro comercial de Mataró donde planeaban colocar un vehículo bomba y sobre el ex vicepresidentre Narcís Serra y la fundación que preside. Nerea Bengoa recibió entrenamiento en Francia y se integró en el comando en julio de 2001.
Laura Riera Valenciano, empleada del Ayuntamiento de Terrassa, facilitó matrículas de posibles objetivos, y dio información para identificar el coche del concejal Cano Consuegra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de agosto de 2001