La invasión a Beit Yala -una localidad palestina cercana a Belén de mayoría cristiana grecoortodoxa, con numerosos hispanohablantes procedentes de América Latina- se produjo con tanques, carros blindados y excavadoras. Durante la invasión murió un policía palestino. Las tropas israelíes aún permanecían en Beit Yala anoche.
El ministro israelí de Defensa, el laborista Benjamín Ben-Eliézer, afirmó que esta operación, llamada Casa Protegida, continuará "hasta que se garantice la calma y acaben los disparos desde Beit Yala contra el barrio de Guiló, en Jerusalén". .
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El Ejército demuestra que la incursión en las zonas autónomas es una estrategia firme. Además de Beit Yala, los blindados, las tropas y las excavadoras incursionaron en los campos de refugiados de Deir el-Balah, en la franja de Gaza, y en el de Aida, en las cercanías de Belén. Los soldados se abrieron paso en medio de intercambios de disparos para ocupar o derribar edificios desde los que, según los militares, los palestinos disparan contra objetivos judíos.
Por otra parte, la radio israelí informó ayer de que un palestinos que pretendía realizar un atentado suicida fue detenido junto a dos cómplices en la localidad de Tel Sheba, en el desierto de Neguev. Asimismo, decenas de pacifistas israelíes se manifestaron ayer ante el Ministerio de Defensa -el único con sede en Tel Aviv- para condenar los "asesinatos selectivos" de palestinos, y una parte de ellos, incluidos algunos diputados comunistas, gritaron "Sharon, asesino" y "paz, sí; eliminaciones, no".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de agosto de 2001