Estados Unidos anunció ayer oficialmente la retirada de su delegación de la Conferencia Mundial contra el Racismo que se celebra en Durban (Suráfrica). 'He dado instrucciones a nuestros delegados para que vuelvan a casa', dijo el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en un comunicado. La decisión se tomó después de que los enviados estadounidenses no lograsen un acuerdo para modificar el lenguaje de una declaración conjunta que califica a Israel como un país 'racista' por su trato a los palestinos. Minutos después, Israel anunciaba también su abandono.
MÁS INFORMACIÓN
- El foro mundial de ONG de Durban acusa a Israel de genocidio y limpieza étnica
- No a la discriminación
- Racismos
- Mandela: 'El racismo es un mal que mata a más gente que cualquier epidemia'
- Un nuevo atentado suicida en el centro de Jerusalén deja 15 heridos
- Los representantes de la UE acuerdan una declaración final de disculpa sobre la esclavitud
- Encuesta: ¿Comparte con el foro mundial de ONG la acusación a Israel de genocidio y limpieza étnica?
Powell añadió que tomó la decisión "con pesar", pero insistió en que no era posible lograr una conferencia con visos de éxito debido a que "se señala a un solo país del mundo, Israel". "Tras hablar con nuestro equipo en Durban y otros [países] que trabajan para lograr una conferencia existosa, estoy convencido de que no será posible", dijo Powell. "Sé que no se puede combatir el racismo con conferencias que producen declaraciones con lenguaje lleno de odio, que suponen un salto atrás a los días en que se asimilaba el sionismo al racismo", prosiguió Powell.
El secretario de Estado recalcó que su país otorgaba importancia a la reunión, a pesar de que envió a una delegación de bajo rango. También alabó los objetivos y el trabajo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y del presidente surafricano, Thabo Mbeki, en la preparación y organización de la conferencia. Powell insistió en que la misión estadounidense trabajó "productivamente".
Israel retiraba poco después a su delegación en protesta por el proyecto de resolución final, que considera "antiisraelí". "Llamo a nuestra delegación que se encuentra en Durban a que regrese y sentimos el lamentable espectáculo que se ha producido", dijo el ministro de Exteriores, Simón Peres.
Peres acusó a los palestinos de querer "revivir el bloqueo a Israel, con la continuación de la Intifada y una incitación salvaje". También acusó a los países islámicos de no querer "escuchar la voz justa de Israel" y agradeció la posición de EE UU. Israel había dicho que abandonaría Durban si lo hacía EE UU, pero no en primer lugar, para evitar dar la impresión de que Washington estaba sirviendo a los intereses de Israel.
Ya el pasado domingo, la delegación estadounidense había indicado que estaba preparada para retirarse "en cuanto quede claro que la conferencia ha sido secuestrada por el conflicto de Oriente Próximo". Quizá en anticipación de este desenlace, el presidente de Suráfrica realizó duras críticas a países desarrollados que participaban en la conferencia con delegaciones de bajo nivel. Mbeki calificó el abandono de "error de criterio" y culpó a EE UU de ser responsable de que el tema de Oriente Próximo dominase la conferencia.
A última hora de la tarde de ayer, Tom Lantos, congresista demócrata estadounidense, anunció en la sala de prensa de la conferencia que "todos los intentos de llegar a un compromiso han fracasado". EE UU ya ha boicoteado las dos conferencias anteriores contra el racismo y su participación en ésta era de rango medio. Algunos diplomáticos indicaron que EE UU de todas maneras no estaba participando activamente, por lo que su retirada no se notaría en demasía. Sin embargo, el resultado al que llegue ahora la conferencia quedará ensombrecido por la falta de la primera potencia mundial.
El anuncio estadounidense fue seguido poco después por la delegación de Israel. El reverendo Jesse Jackson dijo que lamentaba que EE UU "se haya retirado por problemas con un solo tema, cuando hay muchos otros temas importantes que discutir como el de las reparaciones por la esclavitud". Por su parte, la delegación de la UE dijo que permanecerá en Durban para ayudar a elaborar un texto que goce del consenso general. Otro tanto anunció la delegación canadiense.
Compensaciones
El tema de Oriente Próximo no es el único que causó fricciones. En la Conferencia Mundial contra el Racismo circularon más rumores que declaraciones oficiales, en una clara señal de que las negociaciones entraron en barrena. En la mañana se habló de una declaración africana que exigía compensación económica por parte de cada Estado de la UE a cada Estado africano. "La situación es crítica", dijo una fuente diplomática europea.
Por la tarde, delegados africanos habían desmentido estas versiones diciendo que sólo al atardecer el grupo africano había presentado una propuesta que mantenía la línea de pedir resarcimiento por la esclavitud y el colonialismo, pero sin entrar en nada concreto. Los países con las posturas más duras respecto a las compensaciones son Zimbabue y Namibia. El Gobierno de Zimbabue volvió a atacar a Gran Bretaña y pidió que la Conferencia contra el Racismo apoye las demandas de reparaciones exigidas por los países africanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de septiembre de 2001