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FORO AMBROSETTI

Aznar no descarta cambiar el Gobierno antes de asumir la presidencia europea

El jefe del Ejecutivo presenta en Italia un programa de liberalización de la UE

Cernobbio
José María Aznar está satisfecho con 'la salud' del Ejecutivo, pero no rechaza tajantemente una remodelación antes del arranque de la presidencia española de la Unión Europea, el próximo 1 de enero. 'No le pienso decir si va a haber un cambio de Gobierno o no en España', respondió a los periodistas durante el transcurso de un foro internacional en Cernobbio (cerca de Milán). Aznar manifestó también su deseo de entenderse con Marruecos -se entrevistó con un consejero del rey Mohamed VI- y no dejó dudas sobre su posición acerca de la tasa Tobin. Esta idea sólo es, para Aznar, el uso 'de una pretendida legitimidad académica, como la supuestamente asociada al profesor Tobin, con un propósito equivocado'.

José María Aznar está satisfecho con 'la salud' de su Gobierno, pero ayer, en la primera rueda de prensa tras el verano, en la que no respondió a las preguntas sobre Gescartera y se explayó en la explicación de su programa de liberalización de la economía europea, no descartó la posibilidad de cambiar algún ministro antes de asumir la presidencia de turno de la UE, el 1 de enero de 2002. 'No le pienso decir si va a haber un cambio de Gobierno o no en España', respondió a la pregunta concreta de si descarta la remodelación.

'La salud política y de respaldo ciudadano del Gobierno, con un apoyo popular en torno al 44%, lo que significa que continuamos con la mayoría, es una salud importante. No tengo ningún agobio y, por lo tanto, como he hecho siempre, en el momento en que crea conveniente o necesario algún relevo en el Gobierno, lo haré', añadió.

La eventual repercusión del escándalo de Gescatera sobre el ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro, o del caso Ercros sobre el de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, han motivado la demanda de la oposición, y la especulación en el PP, sobre un cambio del equipo gubernamental que lo ponga a tono con la importancia del mandato europeo, durante el que las sustituciones de ministros son desaconsejadas.

Aznar no respondió las preguntas que se le hicieron sobre la agencia de valores que ha generado un agujero de 18.000 millones de pesetas: si conocía personalmente al dimitido secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez- Reyna, y desde cuándo; si está decepcionado por su conducta y si considera que quien le nombró tiene responsabilidad política. 'Ya he dicho todo lo que tenía que decir', contestó, antes de reiterar que se 'alegra' de la puesta en marcha de la investigación parlamentaria y que buscará 'la máxima transparencia'.

Más tiempo dedicó a exponer su plan de liberalización para evitar a la economía europea una 'esclerosis prolongada' como la que afecta a Japón. Ese plan, destinado a relanzar el compromiso de modernización alcanzado por los Quince el año pasado en Lisboa, ha sido el caballo de batalla de Aznar en el foro internacional que ayer le trajo a Cernobbio, cerca de Milán. La mejora de las redes de transporte, la unificación del mercado energético y la integración del de las finanzas, la reforma de los mercados de trabajo para impulsar la movilidad laboral intraeuropea y la intercomunicación de las estructuras educativas son los cinco puntos de ese plan, que será el tema monográfico del Consejo Europeo que se celebrará en marzo en Barcelona y la imagen de marca de la presidencia española.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de septiembre de 2001