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REPORTAJE

Recital de Figo en el Olímpico de Roma (1-2)

El Madrid se impone al campeón de la Liga italiana con una imagen totalmente distinta

El viejo Real Madrid, el del año pasado y sin su actual estrella, Zinedine Zidane, se congració con su historia y merced a un excelente partido de Figo logró una merecida victoria en terreno del Roma (1-2), pese a que se le complicó en los 20 últimos minutos lo que iba a ser un cómodo triunfo. En el reencuentro de Capello ante su Madrid, el equipo español salió relanzado y evidenciando que cuando juega determinado, serio, concentrado, es decir con la actitud que le pide Vicente Del Bosque, es uno de los más firmes candidatos a cuanto disputa.

Lo evidenció, además, ante un Roma campeón de la que se disputa con el española el título de mejor liga del mundo, pero que también mostró muchas carencias, pagando, quizás, su vuelta a la máxima competición continental tras 18 años de ausencia. Así, como un Batistuta fuera de forma y un rumbo en el centro del campo, donde se notó el suspendido Tommasi.

ROMA 1
REAL MADRID 2


ROMA

Pelizzoli; Zebina, Samuel, Zago; Cafú (Balbo, min. 82), Emerson, Marcos Assuncao (Cassano, min.61), Candela; Totti; Montella (Lima, min. 46), Batistuta.

REAL MADRID
Casillas; Michel Salgado, Hierro, Karanka, Roberto Carlos; Figo, Makelele, Flavio Conceicao, McManaman; Guti (Iván Campo, min. 87), Raúl.

Y es que el Real Madrid mostró una imagen más acorde con lo que de él se espera que lo ofrecido hasta ahora. El partido resultó, en verdad, movido e interesante. Los dos equipos, tras unos inicios dubitativos, se enfrentaron a cara descubierta y ya bien pronto quedó claro que el uso de las bandas iba ser determinante en el desenlace. Justo por ello, el técnico madridista se decantó por el inglés McManaman, con la misión de taponar las subidas de Cafú y, asimismo, aprovechar los espacios defensivos dejados por los mismos. Sin embargo, a McManaman le costó asentarse y el Real Madrid sufrió en el primer cuarto de hora los desdobles por la banda izquierda de Cafú y Montella. Fueron unos minutos de agobio, como indica que el flemático Del Bosque saliera más del banquillo que el racial Capello, algo inusual.

Para fortuna madridista, muy pronto Figo, que ya inició el partido con un disparo detenido en dos tiempos por el meta Pelizzoli, se hizo omnipresente. EL portugués asumió la responsabilidad y tiró del equipo. Además, encontró un excelente aliado en Raúl. Las acciones individuales de Figo sacaron de su sitio al Roma y el Madrid empezó a gozar de excelentes ocasiones ante la meta local. La primera de ellas la tuvo el ya asentado McManaman, pero su disparo salió fuera.

El equipo madridista empezaba a mover con mayor fluidez el balón, se gustaba más, buscaba las bandas y ello arrugó a un Roma impreciso y que ya buscaba el pase en largo. Sin embargo, en un saque de falta, el equipo romano pudo castigar al Real Madrid, pero Totti, solo, a un par de metros de la portería y con ésta libre, envió fuera de cabeza.

Fue una mera anécdota, pues la conexión Figo-Raúl, con buenas incorporaciones por las bandas de McManaman y Salgado, con un Makelele más firme en el centro del campo y un Hierro que se bastaba ante Batistuta, volvió a llevar el peligro ante la meta de un Roma que si no encajó un tanto fue por errores en el remate final.

Así, una preciosa pared entre Figo y Raúl dejó a éste solo ante el meta. El madridista regateó al portero, pero su error fue enviar flojo el balón lo que propició que Zago despejase. Era la ocasión más clara del partido y un gol que se cantaba. Cinco minutos después llegaría una polémica jugada, con presunto derribo dentro del área sobre Raúl, que el colegiado inglés no sancionó.

Pero si la acción de Raúl a la media hora fue clara, más aún lo fue la de Guti en el minuto 45, cuando, desde el centro del campo, se apoderó de un balón, se fue solo ante Pelizzoli, pero disparó fuera con todo a su favor. El Real Madrid había perdonado en dos claras ocasiones, en las que debió, y mereció, irse al descanso con las cosas a su favor.

Falta magistral

Capello vio tan mal las cosas en el descanso que quitó a Montella, que había estado ausente en ataque, metiendo en el campo al centrocampista Lima, con lo que Totti subía al ataque. Pero la respuesta del Real Madrid fue contundente: Figo sacó magistralmente una falta y llevó el balón al fondo de las red.

El Madrid entonces empezó a tocar y a gustarse ante un Roma perdido e impotente. Con el recital de Figo en su punto álgido, pudo llegar el segundo tanto madridista en un remate del portugués que sacó el meta local. Capello volvió a intentar el cambio a su equipo, al meter al joven delantero Cassano, pero de poco sirvió. Un nuevo centro perfecto de Figo puso un balón de oro sobre la cabeza de Guti, que se redimió del fallo del primer tiempo anotando el 0-2. El mareo madridista era tal que el público romanista empezó a silbar a su equipo.

Pero el partido cambió en el minuto 73, cuando Karanka derribó al francés Zebina en una acción aislada. El penalti lo transformó Totti y el Roma entró en el partido, así como su afición. Pudo llegar pronto el empate, pero Cassano envió alto. Una potente falta de Batistuta la sacó bien Casillas dos minutos después.

Capello se jugó todo dando entrada a Balbo por Cafú y el argentino envió un balón al travesaño. El Real Madrid era ahora el que sufría, y mucho. Sin embargo, Raúl pudo estrenar su casillero anotador en el último minuto tras una excelente galopada de Roberto Carlos, en la que Pelizzoli detuvo dos veces sobre la línea el remate del madrileño.

Ya en tiempo de descuento, Casillas salvó el resultado al desviar con el hombro un disparo de un Batistuta que se le había plantado solo. Era lo último de un partido interesante y que relanza al Real Madrid.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de septiembre de 2001