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"Ayer estábamos asustados, hoy estamos orgullosos"

"Ayer estábamos asustados, hoy estamos orgullosos", declaró ayer Kaye McPhie, de 63 años, en frente de la Casa Blanca. Tras el impacto emocional de los atentados del martes, decenas de miles de norteamericanos se han lanzado a comprar banderas y exponerlas en sus jardines y ventanas empujados por los llamamientos realizados por el presidente George W. Bush y los líderes políticos y sociales. También ha aumentado el número de personas que guarda cola para donar sangre o que se ofrece para trabajar como voluntarios en la labores de desescombro. Los servicios religiosos en honor de las víctimas se multiplican por todo el país.

La venta de banderas estadounidenses se ha disparado. El principal vendedor nacional Wal-Mart informó ayer de que el martes, el día del atentado, vendió 116.000 unidades frente a las 6.000 del mismo día del año anterior. Numerosas viviendas amanecieron ayer decoradas con los colores de la bandera, mientras que en los edificios federales ondeaban a media asta en señal de duelo. Los estudios de Hollywood, por su parte, anunciaron ayer que pospondrán la comercialización de toda película que tenga relación con ataques terroristas, uno de los temas favoritos de los guionistas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de septiembre de 2001