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Tres meses locos, más los incentivos

Desde que acabó la pasada temporada, a Felipe Reyes le ha cambiado la vida. El último curso cobró ocho millones de pesetas, pero al acabar contrato se convirtió en una de las piezas más cotizadas del mercado. Estudiantes intentó su renovación por cinco temporadas, a razón de 30 millones. Demasiado poco para Felipe, que además manejaba otras ofertas, pero los colegiales se mantuvieron inflexibles. A mediados de julio, el menor de los Reyes estuvo a punto de fichar por el Barcelona. Finalmente fue el Madrid el que, en una operación relámpago, llegó a un acuerdo con el jugador. 900 millones en ocho temporadas (empezando por 56 y terminando en 200), y un 30% más en concepto de incentivos. Pero Estudiantes igualó la oferta, lo que, según la normativa de la ACB, le permite retener al jugador si éste desea seguir jugando en España.

El director de la sección de baloncesto del Real Madrid, Sergio Scariolo, llegó a especular con la posibilidad de que Reyes se fuese a jugar a Italia, para lo que no tenía que pagar cantidad alguna a Estudiantes, pero el jugador, que nunca ha querido salir de Madrid, y menos de España, aceptó su continuidad, a cambio de recibir lo que pactó con el viejo enemigo. Ningún problema, excepto por los incentivos. La mitad de los 270 millones por ese concepto, según firmó con el Madrid, dependían de la puntualidad, asistencia a los entrenamientos y ausencia de lesiones, entre otros, y la otra según Scariolo valorase el rendimiento que ofreciese el jugador. Ocurre que en el acuerdo original con el Madrid no se especificaban los conceptos por los que se abonarían tales primas. Estudiantes, aprovechando el desliz, quiere ligarlo a la consecución de títulos, lo que para Reyes casi significa renunciar de antemano a esos 270 millones suplementarios.

"Nunca creí que se llegaría a este punto. Siempre pensé que todo se arreglaría rápido, pero se ha ido alargando y alargando... Al final, he decidido quedarme. Es lo mejor que puedo hacer".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de septiembre de 2001