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"Yo también silbé a Herreros, pero ahora le comprendo"

Felipe Reyes se ve obligado a incorporarse al Estudiantes sin contrato y resignado a no recibir los incentivos que pactó con el Real Madrid

Felipe Reyes ha dado el primer paso para solucionar el conflicto que le enfrenta a Estudiantes. Después de una semana de infructuosas reuniones entre ambas partes, trufadas desde el club de amenazas de sanción, el joven pívot de 21 años acudió ayer a su primer entrenamiento a las órdenes de Carlos Sáinz de Aja. "Todavía no he firmado el contrato porque aún quedan algunos asuntos por resolver, pero no podía seguir sin entrenarme", explicó el jugador.

Azuzado por los ataques personales que está recibiendo de algunos sectores de la afición, que en las dos últimas semanas han ido subiendo de tono, y por el inminente arranque liguero de Estudiantes -el próximo 29 de septiembre, frente a Girona-, Reyes no ha querido retrasar más su incorporación a la disciplina de Estudiantes, aun cuando se mantienen las diferencias sobre los incentivos de su nuevo contrato. "Espero que mi representante llegue a un acuerdo definitivo y todo esté resuelto antes de que empiece la Liga, pero veo difícil que pueda conseguir ese 30% más sobre la ficha en concepto de incentivos. Si es así, me tendré que aguantar y dejarme la piel en el campo, porque quiero que la afición acabe perdonándome", confiesa el jugador con un deje de resignación.

No le será fácil, después de tres meses llenos de sobresaltos en los que primero estuvo a punto de fichar por el Barcelona y luego firmó con el Madrid por 900 millones en ocho temporadas, para quedarse finalmente en Estudiantes tras igualar éste la oferta del club blanco. Tres meses que, para el bisoño Felipe Reyes, campeón del mundo júnior en 1999 y medalla de bronce en el reciente Europeo de Turquía, han supuesto la pérdida de la inocencia. "Años atrás yo también silbé a Herreros [que en 1996 se fue del Estudiantes al Real Madrid], pero ahora le comprendo. Desde que soy profesional entiendo que hizo lo mejor para él y su familia", admite.

Más contento, aunque también conciliador -"No quiero hablar de vencedores ni vencidos", dijo- parece el presidente estudiantil, Alejandro González Varona, que fue testigo personal de la vuelta a los entrenamientos del menor de los hermanos Reyes. Trajeado y con gesto mucho más relajado que en los últimos días, Varona se asomó por el Palacio de Vista Alegre a última hora de la tarde y saludó al jugador con una carantoña de aparente normalidad. Al término de la sesión de trabajo, ambos mantuvieron un breve diálogo a pie de pista. "Esto tenía que haber ocurrido mucho antes, pero considero que es un gesto de buena voluntad por su parte. Mi mayor preocupación era el ambiente que se estaba creando entre la afición respecto al jugador, aunque confío en que todos trataremos ahora de allanar el camino para que no haya más problemas", dijo Varona.

Carlos Sáinz de Aja, técnico de Estudiantes y amigo personal de Felipe Reyes, también se felicitó por la incorporación del jugador. "Que Felipe se quede en Estudiantes es bueno para todos. Para el equipo, que se quita una preocupación de encima; para el club, que mantiene a un jugador del que no se quería desprender; para la afición, que ve como un chico surgido de la cantera sigue aquí; y también para él, que va a poder seguir progresando en su casa y ha visto el esfuerzo que ha hecho el club para que eso sea así".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de septiembre de 2001