Los congresistas más impetuosos dicen que es necesario 'dar a los pilotos una oportunidad de defenderse' en un secuestro aéreo, y no hay mejor manera de hacerlo que permitirles llevar armas en la cabina de mando. Los más remisos creen que es peligroso 'convertir a los pilotos en policías'. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se declaró ayer contrario a dar pistolas a los pilotos. Pero una encuesta reveló ayer que la mayoría de los estadounidenses es partidario de entrenar y armar a los tripulantes.
El plan de los sindicatos de aviación pide que cada piloto pueda decidir voluntariamente si desea llevar pistola. En caso afirmativo, el piloto debería someterse a una revisión de su historial delictivo (si lo tiene), a pruebas psicológicas sobre comportamiento y agresividad y, de manera constante, a un entrenamiento en el manejo de armas de fuego.
El republicano John Mica, presidente del subcomité del Congreso que debate medidas para incrementar la seguridad aérea, asegura que hay consenso para aceptar la propuesta de los sindicatos. Según Mica, hay que 'dar a los pilotos una oportunidad de defenderse' en caso de que un intruso en la cabina quiera usar el avión como arma terrorista.
La hipótesis de dar pistolas a los pilotos está generando un debate político más intenso del que Mica anticipa. Dick Gephardt, portavoz de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, admitió abiertamente que no comparte la idea de 'convertir a los pilotos en agentes de seguridad', e incluso senadores republicandos han expresado dudas.
Una encuesta realizada por Fabricio, McLaughlin
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de septiembre de 2001