MARUJA TORRES
El director, guionista y actor más célebre de Nueva York, Woody Allen, de 66 años, llegó ayer a Barcelona, pese a su terror a los aviones, para promocionar su penúltima película, La maldición del escorpión de jade. La vida debe continuar, dice Allen, que considera que tras el ataque terrorista del 11 de septiembre lo peor sería meterse debajo de la cama.
El Museo Guggenheim de Bilbao inauguró ayer seis exposiciones que se han nutrido de sus fondos propios. El legado del coleccionista alemán Justin K. Thannhauser, pinturas impresionistas, posimpresionistas y de las vanguardias históricas aportadas al Guggenheim en los años sesenta.
En la plaza de Oriente, alrededor de 2.000 personas contemplaban el debú mundial como Rigoletto del barítono malagueño Carlos Álvarez, que desnudó en el Teatro Real su voz y sus deformaciones de más de ocho kilos de peso para dar patetismo al personaje creado por Víctor Hugo y engrandecido por Giuseppe Verdi.
JUAN ÁNGEL VELA DEL CAMPO