Los equipos que llevan tres semanas trabajando en los escombros de las Torres Gemelas hicieron un macabro descubrimiento el lunes al encontrar una veintena de cadáveres, casi todos de bomberos que perecieron en las labores de rescate. Los expertos creen que a medida que las excavadoras se acerquen a la base del World Trade Center, donde terminaban las escaleras de emergencia, aparecerán más restos humanos.
Hasta ahora se han encontrado 344 cadáveres de los 5.219 desaparecidos, un número que ha bajado en casi 1.000 personas desde la semana pasada por la confusión en las listas de familiares, empresas y consulados extranjeros.
El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, anunció ayer que entregará a los familiares de las víctimas una urna de madera con las cenizas del nivel cero para evitar el incipiente y macabro comercio de restos de la zona devastada. "No compren nada a los que intenten venderles algo, no vale nada", dijo Giuliani al anunciar que distribuirá las urnas a cada una de las familias en las próximas semanas. La mayoría han tenido que aceptar el hecho de que los suyos nunca podrán ser recuperados, pulverizados en el derrumbamiento de las torres.
Los expertos aseguran que a medida que las excavadoras se acerquen a la base del World Trade Center, donde terminaban las escaleras de emergencia, aparecerán más cadáveres. Los últimos cuerpos -"enteros, pero muy dañados", comentó una fuente al Daily News-, fueron hallados después de que una de las grúas que trabaja en el nivel cero despejara un trozo de pared. Al menos doce de los cadáveres llevaban el uniforme completo de los bomberos. Un total de 343 murieron el día de los atentados.
Sus compañeros interrumpieron las labores de recuperación para cubrir los cuerpos de los suyos con banderas norteamericanas antes de llevarlos al depósito de cadáveres. El lunes fue el día más frío y lluvioso de estas últimas semanas. Se piensa que la mayoría de los que no consiguieron salir de las torres quedaron atrapados en las escaleras de incendios.
Mientras tanto, siguen celebrándose funerales, vigilias, ceremonias y misas por todo Nueva York en memoria de las víctimas. El lunes, Cantor Fitzgerald, la firma financiera más afectada, organizó una ceremonia en Central Park para honrar a los más de 700 empleados que murieron en la catástrofe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001