"No tiene por qué cundir el desánimo", musitó tembloroso Vicente del Bosque, técnico del Madrid, haciendo esfuerzos por mantener la compostura al salir del vestuario. Si de ordinario uno de sus ojos muestra derrames tras los partidos, ayer, tras un resultado que coloca al Madrid ante su segundo peor arranque de temporada desde 1929 (lleva una victoria, tres empates y tres derrotas) su ojo rojo estaba más rojo que nunca. Inyectado en sangre. Su voz vibraba en un hilo irregular y agitado. ¿Ira o desesperación? Extraño, en cualquier caso, en un hombre sereno por naturaleza. Del Bosque lo pasó muy mal ayer en el Insular. Sufrió un fuerte episodio de angustia. Y se esforzó por conservar la calma y la gallardía. Fue amable y estrechó la mano de su colega, Fernando Vázquez, felicitándolo sinceramente. A su espalda, Jorge Valdano hablaba por el teléfono móvil y se negaba a hacer declaraciones.
Míchel Salgado fue el hombre más reflexivo de la expedición madridista. "Es una evidencia que los malos resultados se nos dan en las segundas partes", comentó el lateral, con la mente puesta en partidos como contra el Valladolid o el Málaga, que empataron en el segundo tiempo. En las causas de la crisis, según Salgado, existe un componente psicológico: "Estamos en un momento en que parece que todo nos sale en contra. Hemos de luchar contra nosotros mismos. Sacar el coraje y la calidad que sabemos que tenemos".
Guti dijo que las ausencias de Figo, Roberto Carlos o McManaman no justificaron lo ocurrido: "Somos 25 jugadores y todos estamos aptos para jugar. Lo que tenemos que hacer es atacar once y defender once. Lo mejor es estar todos unidos. Tenemos que aportar nuestro granito de arena para levantar el equipo. El problema es que ellos [por el Barcelona] siguen sumando y nosotros no lo hacemos. En el vestuario no nos dijimos nada. No es el momento de decirnos nada. Todos sabemos lo que hemos hecho y en el club que estamos".
Zidane, máximo goleador
Zidane sufrió un golpe y debió ser sustituido con la pierna izquierda recargada. El francés marcó su cuarto gol en la temporada y va camino de un récord personal de anotación -el año pasado en el Juventus anotó seis goles en 33 partidos- además de ser el máximo goleador de la Liga, junto a De Lucas y Casas.
Zidane ya estaba en el banquillo cuando el Madrid se convirtió en el equipo más goleado de Primera, con 12 goles en contra (cuatro en casa y ocho fuera). "Hemos encajado demasiados goles para las ocasiones que ha habido", opinó Del Bosque. "Hay que manejar el aspecto defensivo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de octubre de 2001