No existen películas que hagan referencia a ello, ni abundan los testimonios gráficos. Pero en Almería, como ocurriera en el mismísimo Oeste norteamericano con el oro, existió una fiebre de la plata que estalló en junio de 1938. Alfonso Ruiz García, como coordinador de los itinerarios programados para las Jornadas Europeas de Patrimonio, propone custodiar y defender con más ahínco un patrimonio 'no tan llamativo, como el religioso de Granada, pero sin duda de un gran impacto visual que además es huella del pasado, aunque sea menos aparente, menos espectacular y más difícil de interpretar'.
El itinerario por la ruta minera de Sierra Almagrera y el Levante almeriense despertará al visitante la curiosidad por conocer unos enclaves fascinantes.
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La primera parada se efectuará en la casa de Luis Siret, considerado padre de la arqueología, y se visitarán los restos mineros de Las Rozas de Herrerías, un gigantesco hueco de mina a cielo abierto en el que, tras la extracción continua de plomo, se originó una laguna artificial.
La segunda parada llevará a la expedición hasta la fundición La Purísima, en Villaricos, ejemplo del brillante pasado en la minería del plomo conformado por chimeneas, hornos y galerías de condensación. El tercer enclave a visitar será Cala de las Conchas, punto final de un ferrocarril que trasladaba el preciado mineral desde el barranco Jaroso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de octubre de 2001