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Ola de protestas de los fundamentalistas islámicos en el mundo

Los Gobiernos frenan las manifestaciones en India, Egipto, Líbano e Indonesia

Lo ocurrido ayer en Egipto refleja muy bien el delicado equilibrio que tienen que mantener numerosos países de mayoría islámica: un apoyo, más o menos discreto, a los ataques contra Afganistán por parte del Gobierno, que a la vez trata de calmar a amplios sectores de la población indignados por la ofensiva. En Egipto, unos 20.000 estudiantes se lanzaron a las calles para protestar por lo que consideran 'una guerra contra el islam'.

Salvo Irán, Irak y Sudán, casi todos los países de mayoría musulmana han apoyado el derecho de Estados Unidos a acabar con Bin Laden y con su organización, Al Qaeda, pero sus gobernantes saben que, cuanto más larga sea la ofensiva, más difícil resultará frenar el descontento popular, que ayer emergió, por ahora de forma casi siempre pacífica, en lugares tan diferentes como Egipto, India, Indonesia o Líbano.

El periódico de lengua árabe de Qatar Al Watan resumió ayer esta inquietud generalizada en un editorial en el que escribió: "Hemos entrado en un ciclo de violencia que puede ser más grande y más peligroso que cualquier caso que hayamos visto anteriormente".

"Condenamos cualquier ataque contra un país musulmán, sea Afganistán o cualquier otro", decía Alaa Al Ashqar, uno de los 20.000 estudiantes que, según la policía, se manifestaron ayer en los diferentes campus universitarios de Egipto. "Estados Unidos, al infierno. Ganarán los afganos", gritaban los estudiantes en Alejandría, donde se quemaron banderas estadounidenses.

Mientras, el ministro de Exteriores de Egipto, Ahmed Maher, manifestó ayer en un acto en la Universidad Americana en El Cairo, el firme apoyo de su Gobierno a la lucha que EE UU libra contra el terrorismo aunque, añadió al comentar los bombardeos del domingo, "el pueblo de Afganistán ha sufrido bastante y no merece ser sometido a más padecimiento".

Silencio oficial

En los campos de refugiados del sur de Líbano los palestinos recibieron con alborozo el mensaje grabado por Bin Laden, que se emitió justo tras el comienzo de la ofensiva en la televisión Al Yasira, con sede en Qatar. "Estados Unidos ha logrado transformar a Bin Laden en una leyenda", dijo un refugiado.

Arabia Saudí, un país esencial para la logística de la operación por las bases militares que existen en su territorio desde la guerra del Golfo, ha mantenido también un escrupuloso silencio oficial sobre una operación contra los talibán, que la monarquía en el poder en Riad ha apoyado con ingentes cantidades de dinero.

El secretario de la Liga Árabe, Amro Musa, calificó en El Cairo los ataques de "peligrosos" y pidió que se evite dañar a "a los civiles y a sus propiedades". En parecidos términos se expresó un portavoz del Gobierno jordano, quien, aunque apoyó el derecho de EE UU a responder a una agresión, subrayó la necesidad de "evitar cualquier daño a civiles inocentes". Marruecos también pidió que no haya pérdida de "vidas inocentes". Turquía, el único país de mayoría musulmana que pertenece a la OTAN, apoyó los ataques, aunque los medios radicales islámicos de este país condenaron lo que calificaron de nueva "cruzada".

Los expertos creen que la unidad del mundo árabe y musulmán frente a los ataques será el punto más delicado en la agenda de la Conferencia Islámica, que se celebrará hoy y mañana en Doha (Qatar) con los representantes de sus 57 Estados miembros.

En Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, unos 300 manifestantes protestaron ante la Embajada de EE UU.

Las manifestaciones más violentas se produjeron en la parte india de Cachemira, que Islamabad y Delhi se disputan desde hace medio siglo. Al menos doce personas resultaron heridas durante una violenta intervención policial. "Luchadores afganos, estamos con vosotros", gritó uno de los manifestantes en la conflictiva región de mayoría musulmana, donde se ha recrudecido la violencia desde el 11 de septiembre. En otros lugares de India, como Calcuta, también hubo protestas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de octubre de 2001