"No se logró el objetivo principal de esta campaña", dijo anoche Xosé Manuel Beiras en la valoración de urgencia de los resultados electorales, que le impidió felicitar a Fraga por su victoria. "No puedo felicitar a un tramposo que juega trucado, con ventaja, y ejerce el poder como él", afirmó. Sí felicitó, en cambio, al candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, "por sus resultados y porque ha salvado la cabeza", aunque también censuró que el PSdeG-PSOE les hubiera dejado solos en el objetivo primordial de arrebatar al PP la mayoría absoluta.
"Falta una segunda vuelta, en la que todo está por decidir", dijo Beiras a propósito de la incertidumbre con que se abre "esta legislatura, que durará meses, acaso más de un año, pero meses, y está por ver lo que pase, aunque no acabará bien para casi nadie".
La decepción e incredulidad campaban ayer por los salones del hotel Mercure de Santiago al comprobarse, sobre las diez de la noche, que el Bloque Nacionalista Galego (BNG) perdía un escaño con respecto a las anteriores elecciones autonómicas, pasando de 18 a 17, con un respaldo del 23% de los votos. El BNG consideró durante toda la campaña como "muy improbable" una pérdida de respaldo electoral que, sin embargo, contra todo pronóstico -todos los sondeos admitían cuando menos un ligero aumento-, se han producido. No obstante, "la foto fija de esta hora" mantiene al BNG como segunda fuerza y "el avance de las fuerzas progresistas (sumando los escaños de BNG y PSdeG-PSOE)".
Los resultados del BNG, según Beiras, no se corresponden con las expectativas ni los contenidos de la campaña desarrollada por los nacionalistas y que calificó de "sosegada, dialogante, constructiva y demostrativa de nuestra capacidad para no responder a las provocaciones".
El candidato nacionalista criticó la poca colaboración de los socialistas en "el objetivo a dos que era transformar la mayoría social en mayoría electoral por el cambio, con una propuesta de gobierno bicolor. Nos quedamos solos en esa propuesta y no conseguimos la confianza de la ciudadanía, de modo que, con gran generosidad, hicimos el trabajo de todos y luego han venido los foristas a quedarse con las rentas", dijo.
"Está claro que nos enfrentábamos en solitario a poderes muy potentes, que son los que congelan la evolución de este país, y hemos recibido los impactos", prosiguió. "Estamos habituados, pero como en las guerras, quien se arriesga, y no quien se queda en la trinchera, es quien sufre las mayores bajas. Eso nos ha sucedido. Tuvimos unos compañeros de viaje que no pusieron la necesaria altura de miras ni una generosidad recíproca, pero el país está por encima de todo eso".
"El único programa serio"
"Es grave", añadió Beiras, que las cosas sigan básicamente como estaban. Lamentó que no haya habido debate entre los candidatos y el silenciamiento que se ha practicado "del único programa serio que se presentaba a estas elecciones". El candidato nacionalista estableció una analogía entre esta situación y lo ocurrido cuando Aznar obtuvo la mayoría absoluta en 2000, "sin presentar ningún proyecto político ni de gobierno".
Esta manera de hurtar aspectos fundamentales de la confrontación democrática "es grave para la democracia", dijo, "y están por ver los costes que pagarán los ciudadanos, que son precisamente los más necesitados de cambio". Se declaró "feliz", no obstante, "porque esta vez no consiguieron poner el cerco que pretendían al nacionalismo".
Con los agradecimientos de rigor -a votantes, militantes y periodistas-, Beiras, declarándose "forofo de Albert Camus", quiso concluir con una cita del autor francés: "Tuvimos que aprender que a veces la razón no puede nada contra la espada". Y a la pregunta de si pensaba continuar como líder del BNG, respondió: "¿Tengo cara de no seguir?". Dio por hecho que continuará.
El BNG, fundado en 1982, tuvo su primera representación parlamentaria en 1985, un escaño que desempeñó Xosé Manuel Beiras, el portavoz nacional de la organización frentista, durante una legislatura particularmente polémica. Fue entonces, "para responder al acorralamiento y silenciamiento que se nos imponía en la Cámara", cuando Beiras protagonizó su famoso zapatazo, parodiando el que diera años antes el líder soviético Jruchov en la ONU. En las elecciones siguientes, en 1989, cuando Manuel Fraga presenta su primera candidatura a la presidencia de la Xunta y el Partido Popular consigue su primera mayoría absoluta, el BNG consiguió cinco diputados que le permitieron formar grupo parlamentario propio.
En las elecciones de 1993, los nacionalistas pasaron a obtener 13 escaños y en 1995 dieron el salto más importante al situarse, con 18 diputados, como segunda fuerza en Galicia, arrebatando al PSdeG-PSOE esa posición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de octubre de 2001