La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos concluyó ayer que las importaciones de acero perjudican a la industria siderúrgica del país. La decisión supone un importante respaldo a la batalla iniciada por los fabricantes estadounidenses, que exigen que se apliquen impuestos especiales para frenar la entrada de productos extranjeros, y afectará a las ventas de los principales proveedores de EE UU, entre los que se encuentra la Unión Europea.
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Ahora la comisión dispone de 60 días para presentar al Gobierno un paquete de medidas alternativas. Los productores estadounidenses sostienen que el acero vendido en el mercado internacional se hace a precios inferiores al coste de producción gracias a las ayudas de los Gobierno de otros países. Un total de 25 empresas del sector se han declarado en quiebra en los últimos tres años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de octubre de 2001