Mientras los aviones estadounidenses bombardeaban Afganistán, el Pentágono anunció anoche que el X-35 de Lockheed Martin es el ganador del programa JSF (Joint Strike Fighter o Caza de Ataque Común), el mayor contrato militar de la historia, con una facturación asegurada de 200.000 millones de dólares (225.000 millones de euros o 37,4 billones de pesetas), que podría duplicarse con las exportaciones. El X-35 competía desde 1996 con el X-32 de Boeing para sustituir a partir de 2010 a la mayoría de los cazas tácticos estadounidenses ahora en servicio.
Lockheed Martin puede considerarse a salvo de la crisis. La compañía partía como favorita en la pugna, en la que los dos gigantes de la aeronaútica de EE UU se disputaban prácticamente el monopolio de la aviación táctica durante la primera mitad de este siglo. La decisión causó euforia en Lockheed y desolación en la otra aspirante. Boeing confiaba en lograr el contrato para compensar la caída de pedidos en su división de aviación civil.
Por el momento, Lockheed Martin, el mayor contratista estadounidense de material militar, recibirá 19.000 millones de dólares para completar una primera unidad de demostración, y sus asociados de Pratt
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de octubre de 2001