La ministra de Seguridad Social, Patricia Bullrich, dio anoche el primer golpe de efecto, minutos antes del discurso del presidente De la Rúa, al anunciar "una decisión revolucionaria y transformadora en materia de Seguridad Social" con la creación de un sistema de protección a la familia. Se trata, aseguró, de un avance, "el primero en América Latina", que "va a hacer historia en nuestro país".
"Hoy no más del 30% de las familias están cubiertas por el sistema de asignaciones familiares. A partir de enero de 2002 Argentina tendrá un sistema de protección y de inclusión de todas sus familias. Hemos transformado el viejo régimen de asignaciones familiares. Ahora millones de niños, ancianos y adolescentes que estaban fuera del sistema estarán incluidos en la Argentina del futuro", añadió.
Desocupados, trabajadores en negro, excluidos del sistema de protección, trabajadores del campo que no cobran, empleados del servicio doméstico (casi un millón) y los ancianos serán los beneficiarios del nuevo sistema de protección. "Vamos a sacrificar estructuras y burocracia", añadió. "Un Estado grande, que no sirve, por un Estado chico, para agrandar el presupuesto de la gente. Tendremos un Ministerio de Seguridad Social que va a revolucionar la política y uno de Asistencia Social que estará allí donde la gente lo necesite".
La ministra dijo que, con la educación como eje vertebrador del plan, cada beneficiario necesitará el certificado de escolaridad, "para que los chicos de 13 a 17 años sean retenidos en la escuela secundaria. Esta reforma necesita de la aportación de las provincias y municipalidades para empadronar a los argentinos que no figuran en el sistema de Seguridad Social. Vamos a necesitar de los empresarios y sindicatos, de un sistema bancario solidario, porque cada uno tendrá una tarjeta para los bancos. Esta tarjeta de Seguridad Social le va a dar identidad y dignidad para poder consumir".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de noviembre de 2001