El presidente argentino, Fernando de la Rúa, anunció anoche un plan de reducción del coste de la deuda externa que para el año 2002 debe significar un ahorro de 4.000 millones de dólares (737.400 millones de pesetas) en el pago de intereses de la deuda pública, nacional y provincial y una reducción del tipo de interés del 12% al 7%. "Éste es el plan de Argentina hacia la reactivación con justicia social. Con ello interpreto las reclamaciones del pueblo en las últimas elecciones", dijo el presidente en la presentación del esperado plan de medidas económicas para enfrentar la crítica situación que atraviesa el país.
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Rodeado de todos los miembros de su Gabinete, De la Rúa explicó a los argentinos el plan que tendrá como ejes principales la reducción de la deuda y un conjunto de medidas económicas, sociales y fiscales para lograr la reactivación. "Ésta es una gran oportunidad para ser protagonistas de un gran cambio", prometió el presidente argentino.
"Vamos a ofrecer nuevas garantías para que los tenedores de bonos se vean seducidos a una reestructuración ordenada", aseguró el mandatario, que dijo que "quienes proponen no pagar la deuda proponen quebrar Argentina". Prometió mejores garantías para los acreedores, con una reducción de intereses del 12% a más del 7% anual, "de forma tranquila y ordenada en diálogo permanente con los acreedores y con la plena seguridad jurídica". De la Rúa anunció con solemnidad que Argentina no va a caer en suspensión de pagos.
"Necesitamos el respaldo internacional pero no pedimos asignaciones suplementarias a las comprometidas por los organismos financieros", dijo. "Necesitamos comprensión de nuestra problemática".
Blindaje financiero
Argentina ha demostrado ser un pozo sin fondo. En diciembre de 2000 firmó con el FMI el blindaje financiero de 40.000 millones de dólares; después se puso en marcha un megacanje de deuda por 20.000 millones de dólares; y en agosto pasado acordó una nuevo paquete de 8.000 millones. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, admitió en su intervención posterior que Argentina "es el país campeón del mundo en términos de asistencia de los organismos financieros multilaterales".
La convertibilidad se mantendrá a rajatabla, prometió De la Rúa, porque "devaluar provocaría una espiral inflacionaria. Es la esencia de los ahorros y salarios de la gente".
El nuevo paquete contiene, en palabras del primer mandatario, "un nuevo contrato social entre el Estado y los argentinos; la inclusión de los excluidos, recapturando el rol del Estado como protector de los más débiles. Los desempleados, los afectados por el hambre, las inundaciones, jubilados y ancianos están fuera del sistema; para la burocracia no existen. En términos sociales, las medidas son absolutamente revolucionarias".
En materia fiscal, el presidente planteó un reparto equitativo de lo que produce y recauda el país. "Hay que bajar el gasto superfluo, aumentando los ingresos y combatiendo la evasión y el contrabando. Bajar el gasto del Estado es hacer política social. La recaudación tributaria, obras sociales. Le daré a la FIP [organismo recaudador] una mayor autonomía, y la creación de un sistema nuevo para la recaudación de Seguridad Social a través de un nuevo ente, junto a la lucha frontal contra el empleo en negro". El Estado se pondrá al frente de la reactivación económica, para ayudar a las empresas endeudadas con capital y crédito más barato.
Devolución de IVA
Asimismo se propone aumentar la capacidad de compra, rebajando del 11% al 5% la cotización obligatoria de la gente, y "los sueldos aumentarán un 6%". Junto a esta medida, anunció la devolución del 5% del IVA en compras minoristas con tarjeta de crédito y la bancarización de todas las prestaciones sociales.
El Gobierno anunció fondos específicos para obras públicas, que garantizarán "decenas de miles de puestos de trabajo". De la Rúa concluyó con el siguiente mensaje a la comunidad internacional de negocios: "Honraremos nuestras obligaciones. Estamos haciendo un gran esfuerzo, demostrando disciplina fiscal. Saldremos adelante". Argentina pondrá en marcha la reestructuración voluntaria de la deuda pública (132.000 millones de dólares) como eje principal del nuevo plan económico para salir de la recesión anunciado por el presidente Fernando de la Rúa. Las medidas prometidas hace 19 días, después del descalabro electoral del 14 de octubre, contemplan además una amnistía fiscal para lograr la repatriación de capitales, el apoyo a las empresas en crisis y un programa de subsidios para los sectores más necesitados. El paquete cuenta, según el Gobierno, con el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros organismos financieros multilaterales, pero la falta de acuerdo entre el Estado y las provincias pone en duda dicho respaldo.
El anuncio del nuevo plan económico, el sexto del Gobierno de la Rúa, se produjo mientras el riesgo-país llegaba a la cima récord de 2.300 puntos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de noviembre de 2001