"Hemos hecho el ridículo. No hay más vuelta de hoja". Muy serio y enojado, Carles Rexach, técnico del Barça, encajó de "muy mal humor" la eliminación de la Copa y cargó contra sus jugadores: "Han salido motivados pero han querido ganar sin ton ni son. Todo lo hemos hecho mal: desde la salida del balón hasta el final. Un desbarajuste. Los goles se marcan o chutando o rematando o ganando los uno contra uno. Y no ha habido nada de eso".
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Rexach insinuó que se temía lo peor porque, por las bajas, tuvo que improvisar un equipo: "Pero no es una excusa. Por los nombres que había, aunque los pusiéramos todos al revés, teníamos que ganar. Pero de los 11, como mucho, se salvan dos". Y luego añadió: "Dije al equipo que había que ir al 200% porque aquí, de dos veces, no habíamos ganado nunca, incluido el día de la inauguración".
La derrota tendrá consecuencias. Charly utilizó un tono similar al que empleó tras perder el año pasado la Copa Catalunya ante el Balaguer y avisó que sacará conclusiones: "Hay quienes se quejan por ser suplentes pero tendrán que hacer un examen de conciencia. Los jugadores están peor que yo. Es una mancha en su historial". "Ha sido un mal partido. Estamos tristes, afectados", dijo Xavi. Rochemback prefirió aplazar los análisis.
El vicepresidente Àngel Fernández pidió perdón a los socios: "Si fuera periodista, titularía: 'Un desastre'. Lo que piensan ellos lo pienso yo. El equipo no ha estado a la altura de su profesionalidad. El Figueres nos ha dado una lección: con humildad, en el deporte, se puede llegar muy lejos". El cava corrió en el vestuario del Figueres para celebrar, en palabras de su presidente Albert Domínguez, el mayor éxito de la historia del club.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de noviembre de 2001