Los delegados de más de 180 países dieron esta madrugada los últimos retoques a las negociaciones de la cumbre del clima que se celebra en Marraquech, preparando un paquete de medidas que debe abrir la vía hacia la ratificación y entrada en vigor del Protocolo de Kioto sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El paquete de medidas debe presentarse hoy para su adopción en la sesión plenaria de esta Séptima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (UNFCCC, en sus siglas en inglés).
El optimismo sobre las expectativas de alcanzar un acuerdo en Marraquech se mantenía ayer entre los participantes en la cumbre a pesar de que se aplazó hasta hoy el final de las negociaciones. El paquete de medidas que se intentaba ultimar en la madrugada incluye los reglamentos del Protocolo y las condiciones que los países deben cumplir en sus estrategias para hacer frente al calentamiento global del planeta.
El documento global de negociación, con todos los puntos pendientes que se han discutido aquí desde el pasado día 29, presentado a última hora de ayer por el presidente de la cumbre, el ministro marroquí Mohamed el Yazghi, facilitó la confluencia de posturas de los prinicipales grupos: la Unión Europea, el G77+China que engloba a los países en vías de desarrollo y el llamado grupo paraguas (donde se ubican, entre otros, Japón, Australia y Canadá). Éste abordaba el desarrollo técnico del acuerdo político alcanzado en Bonn en julio pasado, que permitió sacar del atolladero en que se encontraba el Protocolo de Kioto, estructurado en torno a cuatro grandes temas: régimen de cumplimiento del Protocolo; reglamentos de los llamados mecanismos de flexibilidad que los países pueden utilizar para cumplir sus compromisos de reducción de la contaminación (como la compraventa de permisos de emisión); financiación de la ayuda a los países en vías de desarrollo y régimen de cumplimiento del Protocolo.
Además, se ha abordado en Marraquech el documento que la UNFCCC llevará a la cumbre de Desarrollo Sostenible que se celebrará en 2002 en Johanesburgo, diez años después de la Cumbre de Río. Esta comunicación suscitó desencuentros en las negociaciones con EE UU que pretendía que, en el resumen de los avances logrados en diez años de negociaciones internacionales de cambio climático, fuese mínima la alusión al Protocolo de Kioto que ha rechazado. La UE, en cambio, ha defendido una declaración más explícita sobre la importancia del Protocolo.
Tanto los representantes del G-77 y la UE aplaudieron al presentarse el documento global de negociación en una primera reunión que se celebró a puerta cerrada y a la que no acudieron los portavoces del grupo paraguas. El G-77 había manifestado su acuerdo con dicho texto a última hora de la noche y fuentes de la UE reconocían que, aunque su contenido no era enteramente satisfactorio, "se podría vivir con él".
Las últimas pegas vinieron de del grupo paraguas que, por fin, asistió a una segunda reunión en la que rechazaron, con excepción de Noruega, el documento. Estos países presentaron cinco puntos de disconformidad que aseguraron no poder negociar sin permiso de sus respectivos Gobiernos. Varios expertos calificaron de "técnicamente débiles" estas cinco reclamaciones y mantenían su confianza en el logro, hoy, de un acuerdo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de noviembre de 2001