Los partidos minoritarios, apenas relevantes en el sistema bipartidista de Australia, pueden tener hoy una importancia clave si la coalición Liberal-Nacional y el Partido Laborista empatan en las elecciones generales. La mayoría de los sondeos sobre intención de voto dan una ligera ventaja a los laboristas, pero el complicado sistema electoral australiano puede, a pesar de ello, hacer que el primer ministro John Howard, sea reelegido para un tercer mandato. El Partido Demócrata y la formación Verdes Australianos podrían con sus votos decidir el futuro gobierno, o el ultranacionalista Una Nación aumentar su representación parlamentaria. En las elecciones pasadas, en 1998, la coalición Liberal-Nacional recibió el 39,2% de los votos y los laboristas el 40,1%, pero los primeros ganaron más escaños y continuaron en el Gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de noviembre de 2001