Aún está por ver si el vuelo 587 de American Airlines que se estrelló el lunes en el barrio neoyorquino de Queens sufrió un fallo técnico nada más despegar. El historial de problemas de los motores del Airbus A-300 y A-600 y la falta de otros indicios sugieren que se trató de un accidente, pero la investigación no ha descartado ninguna teoría, incluido el sabotaje. La revisión de la segunda caja negra aportó ayer datos sorprendentes: se descarta una avería en los motores, sin embargo, los pilotos perdieron el control tras escuchar "ruidos ensordecedores" en el fuselaje. Los pilotos llegaron a avisar de que tenían problemas.
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En la segunda caja negra quedó registrada su petición de ayuda al aeropuerto JFK, dos minutos después de despegar y dos antes de estrellarse. Según George Black, experto de la Junta Nacional de Seguridad (NTBS), la grabadora de voces de la cabina registró un "ruido ensordecedor" a los 107 segundos del despegue. "Catorce segundos después se escuchó otro ruido". "Veintitrés segundos después, tras varios comentarios que sugieren una pérdida de control, termina la grabación.
La investigación descarta también que una bandada de pájaros hubiese cegado y averiado alguno de los dos motores del aparato, que volaba repleto rumbo a Santo Domingo, la capital de República Dominicana.
Unas horas antes de hacerse pública esta información, Marion Blakey, directora de la NTSB, aseguró: "Las comunicaciones que hemos recogido de la cabina del aparato son normales hasta las últimos segundos antes de estrellarse".
La NTSB también informó de que los motores CF6-80C2 de General Electric que equipaban el Airbus 300 ya tenían historial de problemas. En uno de sus informes, publicado hace año y medio, aseguraba que un fallo técnico en estos motores, en pleno vuelo, podía hacer estallar particulas de metal ardiendo, haciendo peligrar los sistemas de control del aparato. "Estos incidentes plantean serios problemas de seguridad", aseguró el informe en diciembre de 2000.
La NTSB no quiso, sin embargo, relacionar estos fallos con la posible causa del accidente. "Es un poco pronto para esto", dijo uno de sus responsables. Los CF6-80C2 se utilizan en más de mil aparatos de todo el mundo, incluido el Air Force One, el avión oficial del presidente estadounidense, y tienen fama de ser muy seguro.
Una de las cosas que más ha extrañado a los investigadores es que la cola del avión de American Airlines, que luego fue recuperada en las aguas de la bahía, se despegara prácticamente intacta. Tampoco ha quedado claro por qué los trozos del avión empezaron a desprenderse tan pronto después de despegar. Durante todo el día de ayer los investigadores peinaron la zona en busca de posibles rastros, pruebas o claves que ayuden a comprender las razones del siniestro. Al no tratarse, al menos de momento, de un acto terrorista, el FBI, que también se ha desplazado hasta Rockaway, se mantiene al margen de las labores de rastreo.
El aún alcalde de Nueva York, Rudolp Giuliani, informó de que se habían recuperado 262 cuerpos y otros 180 trozos de cadáveres. Aparte de los que viajaban en el avión, cinco personas de Rockaway han desaparecido. Las tareas de identificación están en marcha, pero son difíciles porque los cuerpos están calcinados.
"Haremos todo lo posible para que los familiares puedan recuperar a los suyos en las mejores condiciones", dijo Giuliani, que alabó el valor de un barrio ya muy tocado por la tragedia. "En la iglesia situada a dos manzanas del siniestro tuvieron lugar, al menos, una treintena de funerales [de bomberos muertos en el World Trade Center]. Yo asistí a una decena de ellos. Ésta es una comunidad muy fuerte".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2001