La excursión de un grupo de personas de la tercera edad terminó ayer en tragedia en Huelva. El accidente de un autobús de la empresa Fernández González, que se salió de la carretera por su margen derecha cuando descendía una cuesta, en una curva de buena visibilidad, se cobró la vida de 19 personas. Otras 21 resultaron heridas, tres muy graves. Sólo el conductor y otro pasajero salieron ilesos. El accidente se produjo a las 13.50, en el kilómetro 10,6 de la A-493, entre los términos de La Palma del Condado y Valverde del Condado. El autocar se dirigía desde Aracena al hotel El Coto, de Matalascañas (Huelva), donde los excursionistas pasaban unos días de descanso. El tiempo en Huelva era ayer bueno y soleado, con escaso viento y 17 grados de temperatura.
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Las causas exactas del siniestro no se conocerán hasta que se examine el disco del tacómetro del autobús, que registra la velocidad a la que circulaba el vehículo y que fue recuperado ayer por la Guardia Civil. Según los primeros indicios, el autobús, matriculado hace cuatro años, se salió de la vía al tomar una curva y, tras volcar, se desplazó unos 60 metros hasta quedar de costado en el arcén. Los testigos manifestaron que la visibilidad era buena y el propio chófer declaró que no podía explicar qué había sucedido.
El autobús tenía 56 plazas pero sólo iban ocupadas 41, además del asiento del conductor. Los viajeros pertenecían a un grupo de 48 personas de la tercera edad que habían contratado el viaje en una agencia de Canet de Mar (Barcelona). Les acompañaban dos conductores y una animadora, de nombre Josefina. Pasaban desde el lunes unos días de descanso en el hotel El Coto, de Matalascañas, una localidad costera de la provincia onubense.
En la mañana de ayer 40 de ellos viajaron hasta Aracena, en la sierra de Huelva, para visitar la famosa Gruta de las Maravillas, con un conductor y la animadora. A la vuelta, encontraron la muerte. Los ocho jubilados que se quedaron y el segundo conductor del autocar recibieron la terrible noticia en el hotel.
Al menos dos tenía a su pareja en el autocar. En el grupo había personas que procedían de L'Hospitalet (5), Tarragona (5), Reus, Torredembarra (6), Sitges, Castelldefels, Cerdanyola, Barcelona (7), Badalona (5), Valls, Igualada, Sant Boi y Roda de Bará. Ninguno de ellos era de Canet de Mar, la localidad donde está instalada la agencia.
Al lugar acudieron dos helicópteros del Servicio de Emergencias Sanitarias del 061, numerosas ambulancias, agentes del subsector de Tráfico de Huelva y Sevilla y equipos de rescate de los bomberos y de Protección Civil de Huelva.
Tres muy graves y seis graves
Anoche permanecían ingresadas seis personas en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, dos de ellas en estado grave, y en el Infanta Elena, ocho (uno grave y dos con pronóstico reservado). En los hospitales sevillanos estaban hospitalizadas cinco víctimas (tres muy graves, una grave y una leve) en el Virgen del Rocío y otros dos graves en el Virgen de la Macarena.
El accidente provocó escenas dantescas. El autobús, de color blanco, con matrícula de Barcelona (7039-SZ) quedó volcado sobre su costado izquierdo. Durante tres horas, hasta que una grúa lo levantó, se podían ver los pies de cuatro personas muertas atrapadas por la carrocería.
El delegado del Gobierno andaluz en Huelva, el socialista Juan Ceada, uno de los primeros en llegar al lugar del siniestro, se lamentó, con el rostro demudado: "Es el espectáculo más triste que he visto en toda mi vida". En las proximidades lloraba una mujer. La atendían varios médicos, alguno con la bata blanca manchada de sangre, que insistían en que subiera a una ambulancia. La mujer no quería separarse del cuerpo de su marido, uno de los cadáveres atrapados bajo los hierros, pese a que estaba herida.
Tras la evacuación de los heridos, la desolación se apoderó de las inmediaciones del cementerio de Nuestra Señora de la Soledad, de La Palma del Condado, donde se llevaron en principio los cadáveres de los fallecidos. Luego fueron trasladados al polideportivo municipal de La Palma del Condado, adonde llegaron hacia las diez de la noche los primeros familiares desde Cataluña. Allí se celebrará hoy a la una de la tarde un funeral oficiado por el obispo de Huelva, Ignacio Noguer.
En las inmediaciones del lugar del siniestro, una de las personas visiblemente más afectadas era el concejal delegado de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tarragona, Agustí Mayol, que llegó al lugar a los pocos momentos de producirse el siniestro, porque desde el lunes se encontraba en Huelva impartiendo un curso sobre riesgos en la industria química a los ediles de Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente del Ayuntamiento onubense.
"He venido a Huelva a hablar de medio ambiente y seguridad y he tenido la mala suerte de encontrarme con estos hechos terribles. Nos han llamado y he venido inmediatamente. Nunca pude imaginar la casualidad de toparme con un accidente de esta magnitud y con personas de Tarragona. He visto imágenes imborrables, de pesadilla. Que parecían casi irreales. La ciudad de Tarragona necesita ahora moral. Intentaré ayudar a las familias de los fallecidos y de los heridos, que se desplacen hasta aquí", dijo.
El consejero de Interior de la Generalitat, Xavier Pomés, que llegó a media tarde a Huelva para coordinar las tareas de traslado de los cadáveres y visitar y ayudar a los heridos, indicó a las 19.30 horas que no se iba a facilitar la lista de fallecidos y heridos debido a que sólo se habían identificado 12 cadáveres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de noviembre de 2001