Ariel Sharon anunció ayer, ante una delegación europea, su oposición al programa de pacificación de Estados Unidos, que será desvelado en las próximas horas por Colin Powell y en el que se reclamará a israelíes y palestinos, sin más dilaciones, la vuelta a la mesa de negociaciones. El jefe del Gobierno israelí pidió a los líderes europeos congelar las ayudas económicas a Yasir Arafat, ya que, en su opinión, sirven para financiar el terrorismo.
MÁS INFORMACIÓN
- Naufraga un buque iraquí en el Golfo
- Peres defiende ante la ONU la creación del Estado de Palestina
- Powell prepara un plan para reactivar el proceso de paz en Oriente Próximo
- EE UU se compromete a desatascar el proceso de paz en Oriente Próximo
- El Ejército israelí entra en una ciudad de Gaza pese a las advertencias de EE UU
- Cinco escolares palestinos mueren en Gaza al explotar un proyectil abandonado
- Claves:: Los protagonistas del conflicto
"Cuando haya calma, cuando el terror cese totalmente, entonces podremos hablar de paz con nuestros vecinos los palestinos", anunció ayer Sharon a los altos representantes de la UE, quienes desde hace tres días se encuentran en la región tratando de favorecer el diálogo y acabar con un conflicto que dura hace más de medio siglo.
Las palabras de Sharon iban dirigidas a EE UU, en particular a Powell, que hoy, desde la Universidad de Luisville, en Kentucky, señalará a israelíes y palestinos los pasos concretos que deben dar para volver de inmediato a la negociación. El programa norteamericano, que supone una relectura del informe de la comisión Mitchell, intenta suprimir el periodo previo de siete días de "calma absoluta" requerido en el documento para volver al diálogo y sugiere que éste se reanude urgentemente.
"Israel y nosotros necesitamos este periodo de siete días de calma absoluta para ver cómo Arafat aplica el alto el fuego", insistió ayer Sharon ante la delegación europea, presidida por el presidente de turno de la UE, el primer ministro belga, Guy Verhosfstadt; el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el jefe de la diplomacia, Javier Solana.
Sharon pidió a la UE que deje de socorrer a la Autoridad Nacional Palestina y congele las ayudas económicas al Gobierno de Yasir Arafat, ya que, en su opinión, estos fondos sirven para financiar a las fuerzas de seguridad, a grupos terroristas y para comprar armas.
"Su papel [el de la UE] es invertir en el pueblo, construyendo fábricas e invirtiendo en la industria palestina", añadió el ex general, al tiempo que se reafirmaba en la decisión de su Gobierno de no transferir ayudas ni impuestos a Arafat, sin darse cuenta de que con sus palabras acababa poco menos de insultar a los representantes de los países europeos y acusarlos de financiar la violencia contra Israel.
El doble mensaje de intransigencia de Sharon causó ayer desánimo entre la delegación europea, que, a través de la prensa, envió una respuesta al israelí, acompañándola de algunos consejos políticos básicos: las posturas maximalistas no conducen a ninguna parte, la calma absoluta exigida por el actual Gobierno israelí es poco menos que imposible, pero, sobre todo, que hay que ser pragmáticos si realmente se desea volver a la mesa de negociaciones y dejarse por fin de excusas con las que entorpecer el camino de la paz.
"Debemos exigir el cien por cien de los esfuerzos para acabar con la violencia; esto no quiere decir obtener el cien por cien de los resultados", repitió nuevamente Solana, con paciencia infinita, ante la prensa. Solana calificó además de "estúpida" la posición de Sharon, ya que estableciendo este periodo de siete días, previo a la negociación, se da "la posibilidad de romper la paz a aquellos que se oponen al proceso de paz".
Ehud Olmert, el alcalde de Jerusalén y uno de los barones más influyentes del partido gubernamental Likud, pedía al Gobierno que no se entreviste con los emisarios. En un tono radical y fanático, el alcalde hincaba sus dientes en el jefe de la misión, el primer ministro belga, acusándole de ser un "puerco" y de encabezar una campaña antiisraelí y antisemita, cuyos más importantes ejemplos son, en su opinión, la difusión de un reportaje británico en la televisión belga sobre Sabra y Chatila y el procedimiento judicial que se sigue en el tribunal internacional contra Sharon por las masacres en 1982 en estos campos de refugiados palestinos.
Por otra parte, el Ejército israelí mató anoche a dos palestinos armados que intentaban infiltrarse en la colonia judía Dugit, al norte de la franja de Gaza. Mientras el Ejército evacuaba la ciudad de Tulkarem, al norte de Cisjordania, incursionaba en el sector de Beit Laya, en territorio autónomo palestino al norte de la franja de Gaza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de noviembre de 2001