Una vez más renació la posibilidad de llegar mediante el diálogo a un acuerdo de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), segundo grupo guerrillero de Colombia. En La Habana, la capital cubana, el Gobierno de Bogotá y el ELN firmaron el sábado un acuerdo que permitirá, a partir del próximo 12 de diciembre, la realización de rondas de trabajo. El primer tema será el cese el fuego y las hostilidades.
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Acuerdo por Colombia es el nombre del documento firmado por ambas partes, que prevé también la realización de foros en el exterior. Se pretende que de ahí salgan propuestas que servirán de base para la Convención Nacional, un gran foro donde se debatirán los graves problemas del país. El Gobierno y la guerrilla se comprometieron a propiciar encuentros con los candidatos presidenciales para fortalecer la paz como política de Estado y garantizar la continuidad de esta agenda de transición.
La idea última es lograr la distensión en las relaciones entre las dos partes y dejar amarrado un proceso político que tome forma con el nuevo Gobierno que saldrá de las elecciones presidenciales del próximo mes de agosto. Como garantes del acuerdo participaron los embajadores de los llamados países amigos del proceso, entre ellos el embajador de España en Colombia, Yago Pico de Coaña.
"Algunos resultados"
"Como todo acuerdo, éste me parece bueno. No resuelve el problema de la negociación, pero se pueden conseguir algunos resultados el primer semestre del año entrante", dijo el congresista Antonio Navarro, una de las personas más cercanas a este proceso.
En abril, de manera unilateral, el ELN congeló los acercamientos con el Gobierno, que durante tres años, en medio de tiras y aflojas, mantuvieron los rebeldes con el presidente Andrés Pastrana exigiendo acciones fuertes contra los paramilitares, que han torpedeado el proceso y están empeñados en derrotar militarmente a la guerrilla. Los líderes guerrilleros insistieron en que con el actual Gobierno "ya no había de qué hablar". Pastrana suspendió las conversaciones y retiró al ELN el estatuto político que le había otorgado en octubre de l998 para poder entablar los acercamientos.
"El nuevo acuerdo no resuelve problemas fundamentales: tal como conozco el proceso, tarde o temprano aparecerá el tema de la zona de encuentro [una zona desmilitarizada donde negociar] y éste, o el próximo presidente, tendrán que resolverlo", dice Navarro.
Desde octubre de 1998, en el encuentro de Río Verde, departamento de Antioquia, se fijó para el 13 de febrero siguiente el inicio de la Convención Nacional. Todo se enredó cuando se habló de los cuatro municipios exigidos por la insurgencia, en la conflictiva y rica zona del Magdalena medio, donde hay presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y donde cada día es más fuerte el poder paramilitar.
Después de varias rupturas y reactivaciones, de la mediación de la sociedad civil y de los cinco países amigos del proceso -España, Cuba, Suiza, Noruega y Francia-, a finales del año pasado en otra reunión en La Habana se pactaron las reglas para una zona de encuentro en tres municipios. La negociación se estancó de nuevo por la presión paramilitar.
Ramiro Vargas, comandante del ELN, admitió que la guerra mundial contra el terrorismo influyó en la decisión de reiniciar el proceso. El ELN, al igual que las FARC y las Autodefensas Unidas de Colombia (paramilitares), figura en la lista de terroristas que maneja EE UU.
[El senador Juan Gabriel Uribe, asesor del Gobierno en el proceso de paz con las FARC, anunció ayer que las partes van tras unos "acuerdos de mayor envergadura" que el país comenzará a conocer en breve y que han "desbloqueado definitivamente" la negociación, informa Efe.]
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de noviembre de 2001