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El presidente Pastrana amenaza con suspender el proceso de paz en Colombia

El asesinato de la ex ministra de Cultura cuestiona la prórroga de la zona desmilitarizada

Colombia se encuentra de nuevo en el ojo del huracán en la lucha contra el terrorismo, y sabrá, antes del próximo domingo, si su frágil proceso de paz es reemplazado por una guerra total después del asesinato por parte de la guerrilla de la ex ministra de Cultura Consuelo Araújo Noguera. En un discurso desafiante, el presidente Andrés Pastrana afirmó: "Les digo a los enemigos de la paz que su intención de destruir el país, socavar las instituciones y amedrentar a la población no prosperará. He decidido evaluar el proceso de paz en su conjunto".

"Tengo la certeza de que el dolor de los colombianos y el hastío profundo no caerán en el vacío", señaló Pastrana, que ayer acudió a las exequias de Araújo, en la ciudad de Valledupar, junto a miles de personas. Las FARC "han demostrado su voluntad de desacreditar cualquier solución política al conflicto", afirmó Pastrana. Dos años después del principio de las negociaciones entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el diálogo está en la cuerda floja tras la oleada de violencia lanzada por la guerrilla, considerada una "organización terrorista" por EE UU.

El presidente conservador colombiano Andrés Pastrana se ha mostrado muy afectado por este atentado, que calificó de "asesinato vil y cobarde". Consuelo Araújo, de 61 años, considerada una leyenda de la música popular colombiana como fundadora del Festival del Vallenato de Valledupar, fue nombrada ministra de Cultura en julio de 2000.

Araújo dimitió en enero de este año cuando su marido, Edgardo Maya, fue nombrado fiscal general. Había sido secuestrada por las FARC el 24 de septiembre y apareció muerta el domingo. El grupo guerrillero responsabilizó del crimen al Ejército en un confuso comunicado.

El misterio sigue siendo total sobre la decisión definitiva que debe tomar el jefe del Estado, antes del próximo domingo, sobre la prórroga o el final de la llamada zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados (la superficie de Suiza), entregada a las FARC en noviembre de 1998, a unos 700 kilómetros al sur de Bogotá, para hacer un laboratorio de la paz. Sin embargo, los pronósticos sobre el futuro del proceso, que cuenta con la oposición de los sectores más derechistas del país, no son muy optimistas. "Las FARC han puesto en peligro el proceso de paz", aseguró el alto comisionado, Camilo Gómez Alzate.

El hecho de que el presidente se reuniese el domingo en Bogotá con sus generales del Estado Mayor, vestidos de camuflaje, mostró hasta qué punto la tensión había subido en el país. En su encendido discurso, el presidente no sólo hizo alusión al asesinato de Araújo, sino a toda una oleada de violencia que han protagonizado en los últimos días los rebeldes. El sábado, una marcha pacifista fue prohibida en una localidad de la zona desmilitarizada. Las FARC, que cuentan con unos 17.000 efectivos, tampoco han dudado en desafiar a la comunidad internacional. En julio, el antiguo gobernador Alan Jarra fue secuestrado cuando viajaba en un vehículo de Naciones Unidas. Ayer mismo, un total de 20 personas fueron secuestradas en una carretera del noreste del país.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de octubre de 2001