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Cuatro muertos en otro atentado de un suicida palestino contra un autobús israelí

Sharon califica al Gobierno de Arafat de "terrorista" y le culpa directamente del ataque

No contuvo la ira: el primer ministro israelí, Ariel Sharon, apuntó a su vez con el arma de sus palabras a quien considera directo responsable del atentado de ayer: el presidente palestino, Yasir Arafat. Según Sharon, el Ejército israelí actuará "contra los terroristas, ya sean de la ANP [Autoridad Nacional Palestina] o de otras organizaciones terroristas que actúan y están coordinadas con las fuerzas de seguridad de Arafat". Así anticipaba una respuesta militar que poco suele demorarse.

Tres horas antes de pronunciada esta acusación, un militante palestino cargado con un potente explosivo lo hizo estallar dentro del autobús en que viajaba, al norte de Tel Aviv. El terrorista cumplió su objetivo de morir matando y además de su vida segó la de tres pasajeros; siete resultaron heridos. La ANP condenó el atentado.

"Mi Gobierno no negociará bajo el fuego" anunció Sharon antes de emprender un viaje de cinco días a EE UU, donde se entrevistará por tercera vez con George W. Bush. Antes de abordar el avión, el jefe del Ejecutivo israelí sopesó la posibilidad de anular el viaje, dadas las circusntancias.

Este mensaje iba destinado a Bush, del que teme recibir presiones para que se siente a negociar sin mas dilaciones con los palestinos. Pero sus palabras tenían un segundo destinatario: su ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, con quien en los últimos días ha tenido serias discusiones sobre la manera de resolver el conflicto con los palestinos. Mientras Sharon está enrocado reclamando de los palestinos calma absoluta antes de hablar, Peres se muestra más pragmático y reivindica la negociación sin esperas previas.

Guerra interna

El enfrentamiento entre Sharon y Peres se ha enconado especialmente desde la llegada a la región de los mediadores norteamericanos, el general Anthony Zinni, que condenó enérgicamente el nuevo atentado, y el subsecretario de Estado, Williams Burns, y después de que Sharon designara como interlocutor de los enviados de la Casa Blanca a un hombre de su confianza, el general Meir Dagan.

Se trata de un halcón, experto en la lucha antiterrorista, asesor del ex primer ministro Benjamín Netanyahu, conocido por sus posturas radicales con respecto al conflicto palestino, que en los años setenta dirigió una unidad del Ejército a la que especializó en guerra sucia y que en la última campaña electoral tuvo un papel decisivo en la victoria de su amigo Sharon.

"Es necesaria la zanahoria. El conflicto con los palestinos no se puede resolver sólo con palo", afirmó ayer en voz alta y en tono agrio Simón Peres, descalificando el nombramiento de Dagan como interlocutor de los americanos y reclamando un equipo más político y menos militar. Pero, además, los comentarios críticos del ministro de Exteriores traslucían la amargura de un hombre que se siente nuevamente relegado como negociador; la única razón por la que aceptó entrar en el Gobierno de Sharon. La situación es tan crítica que ha vuelto a hacer planear el temor de la dimisión de Peres y la salida de los laboristas del Gobierno de unidad nacional, lo que podría llevar a Sharon a la convocatoria de elecciones anticipadas.

Zinni prosiguió ayer, por tercer día consecutivo, sus contactos con israelíes y palestinos, en un nuevo esfuerzo por conseguir un alto el fuego. El ex general de los marines y veterano del Vietnam se reunió ayer con los responsables de seguridad de ambos bandos, a los que trató de convencer para que adoptaran una serie de medidas sobre el terreno para hacer disminuir la tensión. El emisario es un hombre discreto, de escasas palabras, que "parece dispuesto a tomarse las cosas en calma, pero a cambio hacerlas bien hechas", aseguraba ayer un portavoz de la UE. La policía palestina, convencida por los argumentos del emisario de Zinni, ha detenido en Yenín a siete militantes del movimiento fundamentalista Yihad Islámica a los que acusa de estar implicados en el atentado acaecido el lunes en Afula, donde dos israelíes resultaron muertos, y más de 40, heridos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001